
En algún momento la glándula inadecuada secreta la hormona equivocada y el individuo enloquece. La locura es contagiosa y los demás individuos se van sumando a la danza mortal, a la espiral en movimiento, al vórtex del agotamiento y a la asfixia. Como el baile de San Vito, como la madrastra de Blancanieves con sus zapatos al rojo vivo. Totentanz.
Este post habría hecho las delicias de Buñuel, y las mías, por supuesto.
ResponderEliminarSaludos.
De hecho, consideré la posibilidad de colgar una foto de algún cuadro de Dalí o un fotograma de Buñuel, pero me acordé de este Escher y me pareció más adecuado.
ResponderEliminarWow, esta entrada me ha gustado y perturbado cosa mala.
ResponderEliminarAh, pues me alegro mucho. ¡Feliz perturbación!
ResponderEliminarHOLAPUESYONOMENTERAODENÁ
ResponderEliminarHOLALUDOVICO¿PEROHAVISTOUSTÉLASPELICULILLASENLAZADASENLANTRADA?ESQUESINOLASHAVISTONOESLOPISPOPROCLAMO.
ResponderEliminar¡¡Monegros desert festivant!!
ResponderEliminar¿MANDELOCUALO?
ResponderEliminarQuestán como de ruta de bacalao , empastillás totaales
ResponderEliminarQuestán como de ruta de bacalao , empastillás totaales
ResponderEliminarY además de empastillá, pimplá, porque veo doble...
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