
Uf, tengo un montón de cosas que hacer esta semana. Debería hacerme una lista. Aunque me da risa la gente que depende de una lista, algunos hasta deben llevar apuntado “Respirar” porque, si no, se olvidarían de hacerlo. Enciendo el ordenador, la hago con el word y luego la imprimo. Y de paso miro el periódico y el correo y me echo una partidita. Ay, no, que la impresora no tiene tinta. Vale, pues con papel y boli.
A ver, esto lo tacho y lo pongo delante. No, mejor numero las cosas para saber qué tengo que hacer primero. Así. No, mejor en una columna lo que tengo que hacer, en otra lo que tengo que comprar y en otra las llamadas. No, no, es mejor ordenarla cronológicamente. Antes de preparar la cena debería mirar qué hay en la nevera y hacer la lista de la compra. ¿Hago una lista aparte, o la incluyo en esta? Mejor aparte. Bien. Y la colada antes de la mochila... sí. El cartucho de tinta... ya está. Pero ojo, ¿y si me olvido de coger la lista de la compra? Vale, pues en primer lugar anotaré “Coger lista de la compra”. A ver, repasemos. Sí, parece que está todo. Pero mejor la paso a limpio, que no se entiende nada. Tendría que haberla hecho con el ordenador. Ay, no, que la impresora no tiene tinta. Vale, pues con papel y boli. A ver, esto lo tacho y lo pongo delante...