jueves, 29 de mayo de 2008

danzad, danzad, malditos

miércoles, 28 de mayo de 2008

el puto loro


El puto loro se llama Barney y tiene siete años. No se sabe cómo coño fue a parar al zoo donde ahora vive, pero lo que sí está claro es que su anterior dueño poseía un amplio repertorio de tacos y palabrotas exquisitamente pronunciados con acento de Oxford. Conoce palabrejas relativas a los órganos sexuales masculinos y femeninos, no va flojo tampoco en adjetivos y epítetos, y su entonación dramática puede calificarse de más que correcta. ¡Hostia puta! –diréis. Pero eso no es todo.

Barney comparte jaula con otros dos putos loros más jóvenes que él, y como corresponde a los miembros (que no pollas) más veteranos de la comunidad, les está enseñando todo lo que sabe. Ole sus huevos. Cuando hay una visita oficial, al coro de esos loros cabrones le da igual tener delante al puto alcalde, al maricón del vicario o a la calientapollas de miss Wembley. Los inocentes niños que van de inocente visita al zoo se mean de risa, mientras que a sus padres se les ponen por corbata y se cagan en la madre que los parió. Que parió a Barney y sus colegas, claro. Bueno, que puso sus huevos. Los huevos de los que nacieron, digo.
En la imagen, dos ejemplares de Pionus menstruus. Si se preguntan por qué se llaman así, fíjense cuidadosamente en el colorido de su plumaje.

lunes, 26 de mayo de 2008

¿sueñan las palomas con flamencos eléctricos?


Esta mañana la lluvia había convertido el pavimento de la plaza en una pista de hielo sin hielo, en un enorme espejo deslizante. Las palomas grises, esperando pacientemente la llegada del sol como cada día, se reflejaban perfectamente simétricas. Algunas estiraban el cuello como queriendo dar la imagen de los largos y delgados cuellos en S de los cisnes, otras caminaban gráciles como si sus patas fueran el doble de largas de lo normal. Se diría que imaginaban ser una bandada de flamencos rosados de Madagascar de un documental de la 2. Vi una que, metida de lleno en su papel, incluso se sostenía sobre una sola pata. Puede que tuviera más imaginación que las demás. Puede que simplemente fuera coja.

sábado, 24 de mayo de 2008

miracolo


Entre los estatutos de la Universidad, en efecto, quedaba taxativamente prohibido el ingreso de mujeres. Sin embargo, por razones mucho menos relativas a los asuntos de la ciencia que a los ímpetus de la carne, era más o menos frecuente la furtiva visita de las campesinas venidas desde el fics lindero a la abadía que, de tanto en tanto, regalaban una noche de júbilo a doctores y alumnos.

Una de las formas de entrar en la Universidad -además de escalar los altos muros- era confundirse entre los muertos que, una vez a la semana, ingresaban en el carro público en la morgue. Así, ocultas debajo de un manto, permanecían quietas hasta quedar solas en el subsuelo de la morgue, donde eran recogidas por sus amantes.

En una ocasión, impaciente quizá por la larga y obligada continencia, un prestigioso doctor desvistió a una de las campesinas allí mismo, en la morgue, en medio de todos los muertos y, en el momento glorioso de una sublime fellatio, entró en el lúgubre subsuelo el párroco de la Universidad, quien momentos antes había visto entrar al "cadáver" que ahora gemía, gritaba y se revolvía. El ilustre doctor tardó un momento en advertir la presencia del deífico visitante que, absorto, miraba las esmirriadas piernas del catedrático y su no tan esmirriada verga bullente que salpicaba la proporcionada humanidad de la "difunta". Cuando, después del último estertor vio al párroco parado en el vano de la puerta, solo atinó a gritar con una mueca desorbitada:
- ¡Miracolo! ¡Miracolo! -e inmediatamente se puso a perorar acerca de su reciente confirmación de las teorías aristotélicas sobre el hálito que transportaba el semen en su caudal, que, a decir del metafísico, producía la vida. Y que, por qué no, si el semen era capaz de producir aliento vital en la materia y engendrar, cómo no habría de ser posible, por la misma razón, que resucitara a los muertos, decía mientras se acomodaba la verga -todavía un poco tiesa- debajo de las ropas. Y luego de concluir su enloquecido soliloquio, se perdió del otro lado de la puerta corriendo escaleras arriba al grito de "¡Miracolo! ¡Miracolo!".

Lo cierto es que Mateo Colón tenía sus razones para introducir mujeres en la Universidad. Y, ciertamente, las mujeres que visitaban secretamente al anatomista también tenían las suyas.

De El anatomista, Federico Andahazi

jueves, 22 de mayo de 2008


“Abogamos por nuestros vientres”, y sus vientres las salvaron, por el momento, de la horca. Antes de que Calico Jack y sus hombres fueran ajusticiados, Anne solicitó permiso para verle. Encadenado, sin afeitar, sucio, con sus antes ricos y pulcros ropajes ahora hechos jirones, buscó en la mirada de Anne algún consuelo que le hiciera más dulce la muerte que veía próxima. Miró aquél vientre hinchado de un hijo suyo y quiso tocarlo, pero la corta cadena de sus muñecas no se lo permitió. “Si hubieras luchado como un hombre, ahora no tendrías que morir como un perro”.

Como hombres lucharon Anne y Mary en la cubierta del Adventure aquél aciago amanecer que sorprendió a toda la tripulación borracha como una cuba. Ellas, por su estado de buena esperanza, hacía ya semanas que no probaban el ron. En vano recorrieron toda la cubierta repartiendo golpes y patadas, incluso mandobles, para despertar y alertar a los marineros borrachos. Las dos solas, espalda contra espalda, mantuvieron a raya durante más una hora al enemigo hasta que ya no pudieron más. El libre vuelo del Adventure había llegado a su fin, y su bandera fue arriada y quemada.

Anne, sentada en el suelo de su celda con los ojos cerrados, oía gritar desgarradoramente a Mary en la celda contigua y recordaba los buenos tiempos. Sus correrías por las tabernas de New Providence, cuando competía con Pierre, el pirata mariquita, por conseguir a los hombres más apuestos. Su desastroso matrimonio, que solo le sirvió para huir de la autoridad de su padre y para cambiar de apellido. Su huida con Calico Jack, y el hijo que perdió. Recordaba la primera vez que se vistió de hombre para poder embarcar con él en un barco pirata. “Adam, eres el hombre más atractivo que he visto jamás, y a fe que he visto muchos”. Recordaba la mirada celosa y recelosa de Jack cuando la sorprendía mirando golosamente a algún marinero. Varios pasaron por su camarote hasta que ya todos en la nave supieron que no era Adam sino Anne, y ya no tuvo que vestirse más de hombre.

Pero todo eso fue después de que Calico se amotinara y arrebatara el control del Adventure a su capitán legítimo. Calico y Anne surcaron los mares al frente de una fiel tripulación gracias a la excelente oratoria del primero y a la destreza en la cama de la segunda. Con la llegada de Mark Ready todo eso cambió. Jack no había visto nunca a Anne prestarle tanta atención a un hombre, y el día que les pilló besándose, su espada a punto estuvo de rebanarles el cuello. Pero Mark no era Mark, sino Mary, y los tres forjaron una alianza todavía más fuerte. Ella les rogó que guardaran su secreto.

Un día el contramaestre, azorado, pidió a Calico hablarle en privado.

- Señor, sé que no os va a gustar lo que tengo que deciros. Esta noche he visto a Bonny y a Read desnudos, besándose, y Read es una... es una mujer.
- ¿Cómo? ¿Que las has visto desnudas besándose?
El pobre contramaestre asintió, temblando.

- ¡Malditas putas! ¡Me juraron que, por lo menos, me permitirían mirar!

Y es que no todos los triángulos son equiláteros. Anne y Mary fueron poco a poco apoderándose del barco y de la tripulación, echaron a Calico de su camarote de capitán para ocuparlo ellas, se reían y cuchicheaban a sus espaldas y se enfrascaban en duelos de amor y de sangre con las tripulaciones capturadas y con sus propios hombres. En cuanto se quedaron embarazadas le apartaron definitivamente de su lado, y todo el ron que ellas dejaron de beber, y más aún, fue a parar al sediento gaznate de Jack, sombra de sí mismo, despojado de toda autoridad, degradado de su rango, anulado como capitán y como hombre. “Si hubieras luchado como un hombre, ahora no tendrías que morir como un perro”.

Calico y sus hombres fueron ejecutados, y sus cadáveres colgados en jaulas a la entrada de Port Royal. Mary murió en su celda antes de dar a luz. Y mientras el gobernador aún estaba pensando qué hacer con Anne, recibió una misteriosa carta.

Si Anne Bonny no es liberada inmediatamente, será mejor que se preparen desde Port Royal hasta Kingston para el trueno de los cañones de mis barcos.


Bartholomew Roberts

Anne salió de la prisión con veinte años recién cumplidos y un vientre de ocho meses, tapándose los ojos del sol con la mano. En el puerto se balanceaba inquieto el Divine Proud, un bonito barco al que había capturado algunos meses antes y a cuyo capitán perdonó la vida, porque sí, por guapo. Horas después zarpaban de Port Royal. Al pasar la nave por delante de la jaula del cadáver de Calico Jack, Anne se acarició el vientre y le susurró: “Cariño, dile adiós a papá”.

miércoles, 21 de mayo de 2008

código pirata


Artículos de cubierta

I. Todo hombre tiene voto en los asuntos del momento, tiene igual derecho a provisiones frescas o licores fuertes en cualquier instante tras su confiscación y pueden hacer uso de ellos a placer, excepto que la escasez haga necesario, por el bien de todos, su racionamiento.

II. Todo hombre será llamado equitativamente por turnos, según la lista, al reparto del botín (sobre y por encima su propia participación), se le permitirá cambiarse de ropa para la ocasión pero, si alguno defrauda a la compañía por valor de un dólar de plata, joyas o dinero, será abandonado a su suerte en el mar como castigo. Si el robo fuese entre miembros de la tripulación, esta se contentará con cortar las orejas y la nariz al culpable y lo desembarcará en tierra, no en lugar deshabitado pero sí en algún sitio donde se de por sentado que encontrará adversidades.

III. Nadie jugará a las cartas o dados por dinero.

IV. Las luces y velas se apagarán a las 8 de la noche; si después de esa hora algún miembro de la tripulación se inclina a seguir bebiendo, puede hacerlo sobre cubierta. (Nota: Así se evitaba el ser avistado en los ataques nocturnos, ser atacado o incendios)

V. Mantener sus armas, pistolas y sables limpios y listos para el servicio.

VI. No se permiten niños ni mujeres. Si cualquier hombre fuera encontrado seduciendo a cualquiera del sexo opuesto, y la llevase al mar disfrazada, sufrirá la muerte. (Nota: Era considerado de mala suerte que abordaran tales individuos).

VII. En batalla la deserción del barco o sus camarotes será castigada con la muerte o al abandono a su suerte en el mar.

VIII. No se permiten las peleas a bordo, pero las disputas de cualquier hombre se resolverán en tierra, a espada y pistolas.

IX. Ningún hombre hablará de dejar su modo de vida hasta que haya aportado 1000 libras. Si, para conseguirlo, perdiera una extremidad o quedara impedido para el servicio, se le darán 800 dólares extraídos del inventario común y por heridas menores, en proporción a su gravedad.

X. El capitán y su segundo recibirán dos partes del botín; el maestre, contramaestre y cañonero una parte y media, y el resto de los oficiales, una parte y un cuarto.

XI. Los músicos tendrán descanso el sábado pero no los otros seis días y noches, a no ser por concesión extraordinaria.

Bartholomew Roberts, "Black Bart" - 1721

martes, 20 de mayo de 2008

the last dragon

domingo, 18 de mayo de 2008

sccomp


Existe todo un universo de cosas que fácilmente se olvidan o se pasan por alto y que están por clasificar. Una vez advertidos, estos Objetos Muy Pequeños parecen existir en cada agujero y rincón en cantidades y variedades asombrosas. Encontramos estos objetos cada día escondidos a plena vista. Llenan nuestros bolsillos, armarios, cajones y rincones. Pueblan nuestros entornos y hacen que nuestras máquinas funcionen. Proceden de nuestras plantas, nuestras mascotas, e incluso de nuestros propios cuerpos.

Las instrucciones del Sistema de Clasificación Collier para Objetos Muy Pequeños (SCCOMP) permitirán al científico, naturalista, coleccionista o simple aficionado coleccionar, nombrar y clasificar Objetos Muy Pequeños. A través de estas clasificaciones, los participantes podrán estudiar y apreciar los Objetos Muy Pequeños (OMP) que nos rodean, dando a cada persona un mayor dominio y una más profunda comprensión de su entorno.

Pero ¿qué se puede considerar un OMP? Consultemos el diccionario.

Objeto: Todo lo que puede ser materia de conocimiento o sensibilidad de parte del sujeto, incluso este mismo.
Muy: Antepuesto a nombres adjetivados, adjetivos, participios, adverbios y modos adverbiales, para denotar en ellos grado superlativo de significación.
Pequeño: Dicho de una persona, de un animal o de una cosa: Que tiene poco o menor tamaño que otras de su misma especie.

Así, puede considerarse OMP:
1. Cualquier objeto que sea visible a simple vista, pero suficientemente pequeño como para pasar inadvertido la mayor parte del tiempo.
2. Las dimensiones máximas de un OMP son 8 mm por 8 mm por 25 mm de longitud. El objeto debe poder entrar, sin forzarlo, en un vial de 1 dram. Cualquier objeto que exceda de estas dimensiones mínimas no debería ser clasificado con este sistema.
3. Los OMP pueden estar compuestos por cualquier tipo de material sólido.
4. Los líquidos y los gases no deben nunca ser considerados OMP.
5. Los objetos vivos no pueden ser clasificados con este sistema debido a una posible interferencia con otros sistemas de clasificación existentes.


Próximamente: Las Listas del Sistema de Clasificación Collier de Objetos Muy Pequeños (LSCCOMP)

sábado, 17 de mayo de 2008

primer beso


Este es un fragmento del musical The Widow Jones, dirigido por William Heise en 1896. Los actores son John C. Rice y May Irwin. Fue la película más popular del formato Edison Vitascope, un aparato para proyectar imágenes en movimiento financiado por Edison pero diseñado de hecho por C. Francis Jenkins y Thomas Armat Edison. En la época la película se consideró escandalosa y suscitó numerosas protestas. Era el primer beso de cine.



viernes, 16 de mayo de 2008

toros y minifaldas


A finales del siglo XVIII Nicolasa Escamilla, "La Pajuelera", pasó de vender pajuelas de azufre a jugársela ante los toros. Goya la vio torear en Zaragoza y más tarde le dedicó uno de sus aguafuertes. En 1814 Martina García, "La Martina" recogió el relevo, y según las crónicas del XIX, estuvo toreando hasta los 60 años. Fue muy comentada su rivalidad con María García, la "Gitana Cantarina", a quien derrotó en Madrid el 4 de febrero de 1849.
A finales del siglo XIX destacaron también Dolores Sánchez, "La Fragosa", la primera en torear con taleguilla Armani en lugar de falda, cuya rival Carmen Lucena, "La Garbancera", toreaba con chaquetilla torera y falda corta Pertegaz.
Pero en 1908 el ministro Juan de la Cierva prohibió el toreo femenino, al que consideraba "impropio y tan opuesto a la cultura y a todo sentimiento delicado". A María Salomé Rodríguez Tripiana, "La Reverte", la prohibición la pilló a media carrera, así que partir de ese año aseguró que era un hombre y siguió toreando. En realidad nunca se llegó a saber con certeza cuál era su sexo, pues hay cronistas que aseguran que, ya retirado, Agustín volvió a convertirse en María Salomé, y volvió a aseverar que realmente era una mujer que se había servido de esta fingida ambigüedad para burlar la prohibición y seguir toreando.

jueves, 15 de mayo de 2008

pen spinning


Nagai empezó a girar bolis a los 13 años para relajarse antes de los exámenes. A final de curso, la fiebre del Pen Spinning se había apoderado de toda la clase. Había nacido una estrella: Bonkura, el profeta del bolígrafo en movimiento.

Recogió toda la tradición anterior, la hizo girar a velocidades de vértigo y de la fuerza centrífuga nacieron nuevas figuras combinadas con cuerdas e incluso con abanicos. Sus movimientos con el bolígrafo despertaban sorpresa y admiración.

Su meta era conseguir hacer el Fingerpass Reverse con giro de índice y enlazarlo con el Charge en 360º, algo que nadie había podido conseguir aún. Ensayaba horas y horas, sin apenas comer ni dormir. Dicen que cuando dormía y alcanzaba la fase REM, los dedos de su mano derecha se movían acariciando un bolígrafo invisible. Bonkura murió de un infarto a los 21 años. Tan joven, y con los dedos tan cansados.

El maestro:
Y los alumnos:

miércoles, 14 de mayo de 2008

las mujeres de ojos móviles


En algún rincón de Persia está la república de los gorgonios.

En este país los hombres son normales, no ofrecen particularidad alguna, pero las mujeres están dotadas de cualidades excepcionales. Solo tienen un ojo, colocado en el centro de la frente; poseen también un solo diente en cada mandíbula, pero tan ancho que les llega de un extremo al otro de la quijada, de medida igual al conjunto de nuestra dentadura, de manera que les permite comer y masticar como los demás mortales. El ojo y los dos dientes tienen la cualidad de ser extraíbles: se los pueden quitar y poner a voluntad.

Entre este tipo de mujeres es cosa corriente dejarse los dientes las unas a las otras cuando se da el caso de que hayan perdido alguno o no se lo hayan devuelto, o bien se les haya estropeado de tanto quitar y poner. También se prestan el ojo cuando alguna quiere ver más de lo que ve, o los dientes si quieren hablar o comer más, acciones que así pueden hacer dobles o múltiples.

De Geografia fabulosa, Joan Amades

martes, 13 de mayo de 2008

teléfono (II)


- ¿Cómo eres?
- Rubia, ojos castaños. No muy alta, pero con buenas curvas.
- ¿Y de tetas?

(pues dos, imbécil, una a cada lao y que miran bizco)

Eva me dijo que tenía que buscarme un nombre e inventarme una descripción física. Después de descartar nombres de culebrones y los que me sonaban a barra americana, me quedé con Alicia. En cuanto a la descripción, aparte del color del pelo y de los ojos, ya me la daban mis interlocutores, pa qué llevarles la contraria.

Cuando se corrió la voz de que había una nueva, mi teléfono no dejaba de sonar. Si alguien me intrigaba o yo no sabía por dónde salir, tapaba el teléfono con la mano y Jessica o Eva venían a escuchar: “mamita, no te preocupes, tú síguele”, o “este es un pesao, dale cuerda un ratito y luego le cuelgas”.

A ratos me tomaba un descanso y miraba por el balcón. Una bonita avenida con árboles bajitos y casas viejas. En la calle, dos operarios de telefónica hurgaban en una caja de conexiones, se comían el bocata, y después seguían hurgando.

Nacho se había roto una pierna y estaba aburrido en casa. Vivía solo. Le gustaba una vecina con la que a veces coincidía en el ascensor. Yo le hacía de vecina y además de enfermera. Un día me dijo que le iban a sacar el yeso y que pensaba bajar a Barcelona, que podíamos quedar porque le caía muy bien y tenía ganas de conocerme. Empecé a largarle excusas, pero no se rendía.

“Trae”, me dijo Eva cogiéndome el teléfono. Escuchó unos segundos. “Ah, vale, el de la pierna rota. Este no se ha roto una pierna en su vida. Sácatelo de encima, porque en cuanto le van a quitar el yeso es que ya lo único que le interesa es quedar. NO quedes con nadie NUNCA. Esto no es una casa de putas”.

Un día de repente me di cuenta de que me sentía cómoda, relajada, segura de mí misma. Había ampliado mi repertorio de respuestas programadas y además los que llamaban casi siempre eran los mismos. Caí en una dulce rutina, sin jefes, sin nadie que me controlara. Colgaba a quien quería y cuando quería. Y la pasta iba cayendo, limpia de polvo y paja. Bueno, de lo segundo no, pero seguía siendo una pasta. Y los de telefónica todavía seguían ahí, hurgando en la caja. ¿Pero cuántos días llevaban ya?
“¿Esos? Vienen cada día a comerse el bocata con nosotras. Nos tienen pinchadas, reina…".

- ¿Cómo te llamas?
- Alicia, ya te lo he dicho.
- No, digo tu nombre de verdad.

Cuando llegué a casa le conté a mi novio lo de la pierna rota. Pensé que lo encontraría divertido, pero no se rió. “Por favor, no me cuentes nada”, me dijo.

lunes, 12 de mayo de 2008

red apple, why not?


Mucho se ha escrito sobre el simbolismo de la manzana roja. Ya en Red apple, why not? (Richard Feyman, New York: John Wiley & Sons, 1983. 1740 p.) apuntaba Feynman que "la aversión que subyace en el ser humano hacia las manzanas rojas procede sin duda de las más antiguas leyendas sobre la creación del ser humano que persisten en el inconsciente colectivo". No olvidemos que fue una manzana roja la fruta prohibida que la serpiente ofreció a Eva, y anda que tenía donde escoger: un plátano moteado, una lustrosa berenjena, un amargo pepino... ¿Por qué una manzana, y precisamente roja?

Según el exhaustivo estudio llevado a cabo por el equipo de investigación de F.J. Flanagan de la Miskatonic University, 9 de cada 10 personas, habiéndoseles dado a elegir entre una manta zamorana, una patada en el bajovientre y una manzana roja, escogen la manta. La décima se llama Harry.

En una segunda ronda se dio a elegir al grupo de estudio entre una manzana verde, una foto de Went morreándose con su novio y una manzana roja. De nuevo aplastantes resultados: 9 de cada 10 personas escogieron la manzana verde. La décima se llama Helter. Al ser preguntado el grupo que escogió la manzana verde por la razón de su elección, respondió "Y a mí qué la foto esa, ¿tienes alguna de la Spears morreándose con la Winehouse?".

Toda esta valiosa información recogida ha contribuido a definir científicamente el SRG, Síndrome Rojopomonáfobo Galopante, también conocido como Síndrome de la Blancanieves Escarmentada. Las personas que sufren este síndrome, así majomeno a bulto lo digo 9 de cada 10 personas, justifica su fobia hacia las manzanas rojas en que "son harinosas", que como todo el mundo sabe es una afirmación completamente arbitraria y/o subjetiva que no resiste el más mínimo análisis científico.

domingo, 11 de mayo de 2008

boerhaave

El médico, botánico y químico holandés Hermann Boerhaave (1668-1738) publicó tres libros: Institutiones Medicae, Aphorismi de Cognoscendis et Curandis Morbis y Elementa Chemiae, que junto a sus labores docentes le dieron tal fama que un mandarín chino le envió una carta desde su país con la única indicación en el sobre "para el ilustre Boerhaave, médico en Europa", y la carta le llegó. A saber lo que le cobraron en sellos.

Al morir legó un libro sellado con el título Los secretos más exclusivos y profundos del Arte Médico. El libro, aún sellado, fue vendido en pública subasta al precio de 20.000 dólares en oro. Cuando el nuevo propietario rompió el sello y abrió sus páginas, se encontró con un libro totalmente en blanco salvo la página del título, en la que se podía leer una nota al pie manuscrita del autor que decía: "Conserve la cabeza fresca y los pies calientes, y hará empobrecer al mejor médico del mundo". Como si se pudiera mantener la cabeza fresca habiéndote pateao una pasta en semejante tontería.

sábado, 10 de mayo de 2008

anne y mary


El Adventure pasó junto al Royal Queen lento, majestuoso, como pavoneándose. Junto al mascarón de proa Anne Bonny, con su pelo rojo al viento, saludó y sonrió al capitán Hudson del Royal Queen. Al poco rato, Anne subía a bordo vestida de terciopelo negro, invitada por el capitán a cenar en su camarote. Mientras, Mark Read contemplaba desde el Adventure la escena con el semblante adusto, acariciando la empuñadura de su alfanje, y Calico Jack abría otra botella de ron en su camarote.

Hudson, minutos después de apurar la copa que Anne le había ofrecido, cayó dormido sobre su cama. Ella se quitó los zapatos y el pesado vestido negro de terciopelo y se deslizó como una sombra junto a los cañones estropeando sus mechas. Después miró la luna. Tenía tiempo de sobra. Volvió al camarote del capitán y, con mano diestra, empezó a desabrochar los botones de su uniforme.

Una hora antes del amanecer, volvió al Adventure. Mark, que la había estado esperando despierto durante toda la noche, se abalanzó sobre ella violentamente. Anne buscó con la mano izquierda el puñal que llevaba siempre oculto, pero Mark, que conocía tan bien como ella el escondite, le cogió con fuerza la muñeca para inmovilizarla y la besó profundamente.

Cuando la tripulación del Royal Queen despertó, lo primero que vio fue la Jolly Roger de Calico Jack, la calavera con las dos espadas, ondeando en el mayor del Adventure. El capitán salió tambaleándose de su camarote y dio la orden de disparar los cañones, pero nadie consiguió encender sus mechas. Hudson no tuvo más remedio que rendirse sin luchar. Los piratas abordaron el Royal Queen con Anne al frente y empezaron a pasearse por toda la nave desarmando a los marineros.

Mark tenía otros planes. En cuanto pisó la cubierta, desenvainó su alfanje y se dirigió directamente hacia Hudson con grandes y decididos pasos. Apartó a todo aquél que se interpuso en su camino y acorraló al capitán contra la popa. La mirada de odio de Mark indicó claramente a Hudson que tendría que luchar por su vida, así que desenvainó su espada. Mark se abrió la camisa, y el capitán quedó completamente paralizado por la sorpresa. Nunca había visto unos pechos tan bellos y turgentes en un pirata. Mark, Mary para los íntimos, le rajó el vientre y lanzó al suelo el alfanje. Mientras Hudson agonizaba, Mary, sin darse la vuelta, volvió a abrocharse la camisa, recogió su arma y fue al encuentro de Anne.

"No era necesario que le mataras”, dijo Anne. “Tampoco era necesario que te lo follaras”, respondió Mary, limpiando la sangre de su alfanje sobre el terciopelo negro.

jueves, 8 de mayo de 2008

la mano del hombre muerto

En julio de 1876, cansada de servir en Fort Laramy, cogí mi bolsa con las monedas ganadas por mis servicios como exploradora y subí al vagón de un tren en marcha que se dirigía hacia el norte. Pasando de un vagón a otro le vi allí, en persona, sentado junto a Charlie Utter: era Wild Bill Hickok. Había oído tantas cosas sobre él que no podía creer que el asiento de enfrente estuviera vacío. Me senté y, por no mirarle a los ojos, miré sus botas. Estaban desgastadas pero cuidadosamente lustradas, así como su hebilla. Sin atreverme a alzar la mirada, le oí pronunciar mi nombre. Calamity Jane.

- Y allí estaba yo, con el precipicio a mis espaldas y ante mí unos cincuenta indios pintarrajeados, armados y además, cabreados. Miré a derecha y a izquierda. No había escape posible. Me dije: "Wild Bill, de esta no sales...". Empuñé mi pistola y apunté.
- ¿Y qué más? ¿Qué pasó?
- Pues qué iba a pasar... ¡Que me mataron!

En la ventana del tren se hizo de noche y quedamos sumidos en una anaranjada luz de gas. Vi brillar una alianza en el dedo de Wild Bill. Algunas horas y algunas botellas después, me contó que a menudo se veía envuelto en tiroteos con pistoleros que querían apuntarse el tanto de matarle. Durante sus largas partidas de póker, insistía siempre en sentarse en el rincón para asegurarse de no ser disparado ni por la espalda, ni por los flancos. Cuando ya clareaba y Charlie roncaba como un oso en celo, busqué de nuevo con la mirada su alianza. Ya no estaba allí.

- Una vez me topé con un oso enorme. Vacié mi cargador y ni así se detuvo el maldito animal. Me dije: "Wild Bill, de esta no sales". Rodamos por el suelo, y en la refriega conseguí coger mi cuchillo. Se lo clavé tantas veces que ya no podía distinguir su sangre de la mía. Le maté, ya lo creo que le maté, le corté los huevos y los metí en una lata de café.
- ¿Y qué hiciste después?
- Pues un café, naturalmente. ¡El mejor que he probado nunca!

Algunos días después llegamos a Deadwood, y aunque nos establecimos en la misma ciudad, nuestros caminos se separaron muy a mi pesar. Wild Bill era como el viento y no había nacido la mujer que pudiera retenerle, ni siquiera Agnes, su esposa, de la cual me consta que estaba profundamente enamorado. Pero lo nuestro no fue amor, fue algo mucho más potente. Por eso salió corriendo.

- Ahora tenemos que separarnos, pero te juro que algún día estaremos juntos para siempre tú y yo.

En agosto me avisaron de un tiroteo en el salón. Por alguna extraña razón, tenía clarísimo que se trataba de Wild Bill que, por una vez, no pudo sentarse en el rincón y aun así insistió en jugar. Jack McCall le disparó por la espalda. No sé por qué, lo primero que hice fue mirar si llevaba su alianza o no. Estaba en el bolsillo de su chaleco. Después miré qué mano llevaba en el momento de morir. Dos ases negros y dos ochos negros. La quinta carta ni yo ni nadie osó levantarla. Seguro que iba de farol, y no es de ley desenmascararle un farol a un muerto.

miércoles, 7 de mayo de 2008

curriculum sectario

Sectas a las que pertenezco:
- Secta de las adoratrices descalzas nocturnas de Wentworth
- Secta de los “ya que el jefe hace como que me paga, yo hago como que trabajo”
- Secta de los sedientos vampiros noctámbulos
- Secta de los culés que cuando el equipo va mal dicen que el fútbol es el opio del pueblo
- Secta de los amantes de los gatos de todo tamaño, color y edad
- Secta de los que gustan llevar la contraria solo pa joder, aun traicionando la propia ideología
- Secta de los jugadores de cualquier tipo de juego, sea legal o ilegal
- Secta de los que se fuman todo lo fumable, e incluso alguna cosa infumable
- Secta de los que se beben todo lo bebible, e incluso alguna cosa imbebible
- Secta de los que les gusta comer, sobre todo lo que engorda
- Secta de las que empiezan religiosamente la operación bikini después de navidad, consiguen adelgazar, se animan y vuelven a comer porque creen que pueden permitírselo, y para cuando toca ponerse el bikini están como después de navidad o peor
- Secta de los que, en cuanto consiguen el calendario del año siguiente, miran en qué día de la semana cae su cumpleaños, los puentes que hay y cómo caen las vacaciones de semana santa y navidad
- Secta de los que no soportan las alturas, que en el fondo es la única razón de pretender tumbar a todo ser humano alto del sexo opuesto, aunque también está la opción de arrodillarse si no fuera por el leve matiz de sumisión que comporta, que a veces mola, pero no siempre
- Secta de los adoradores de los 60, por estética, por música, incluso por aquella falsa nostalgia de algo que prácticamente no se ha vivido pero sí se ha mamado
- Secta de los que disfrutan más regalando que siendo regalados
- Secta de los que disfrutan más jodiendo que siendo jodidos
- Secta de las feministoides tocawebos que solo se atreven con los hombres inteligentes no machistas o, en su defecto, con los hombres que se las quieren ligar y que solo les aguantan las tonterías hasta que consiguen arrastrarlas hasta el catre o, en su defecto, hasta la lavadora
- Secta de los que se compran un libro porque tiene una bonita portada y queda wapo en la estantería, pero solo se leen la sinopsis de la contraportada por si surge en alguna conversación
- Secta de marujas anónimas y vergonzantes
- Secta de los que emplean más energías en intentar ser felices que en joder a los demás
- Secta de los que no gustan de pertenecer a secta alguna, aunque a su pesar, pertenezcan
- Secta de los adoradores de la propia memoria selectiva, detallito de nada que invalida total o parcialmente la fiabilidad de la presente lista

2. Sectas en las que algún día apareceré:
- Secta de las adoratrices descalzas nocturnas de Wentworth que han conseguido tirárselo y han vivido para contarlo
- Secta de las mujeres perfectas en todos los sentidos y desde todas las perspectivas
- Secta de las 10 mayores fortunas del planeta
- Secta de las que consiguen atraer desde lejos la atención de hombres más jóvenes que ellas, y que además no huyen de ellas al verlas de cerca u oírlas hablar
- Secta de la primera banda terrorista feminista organizada
- Secta de los que trabajan solo porque les gusta y en aquello que les gusta

3. Otras sectas interesantes a las que espero no pertenecer nunca:
- Secta de adoradores y adoratrices de Abba
- Secta de practicantes de ninguna religión, sea cual sea su credo
- Secta de los quejicas cuya única aportación al mundo mundial es quejarse, quejarse y quejarse de todo y que cuando las cosas les van bien se ponen nerviosos porque no saben de qué hablar
- Secta de madres encantadas de serlo cuyo único tema de conversación son sus hijos y que a saber de qué coño hablaban antes de tenerlos
Que quede claro que me reservo el derecho de modificar esta lista en cualquier momento u ocasión. Trikki, te toca.

martes, 6 de mayo de 2008

solresol


En 1817 el francés François Sudre (Albi, 1787-París, 1862), músico, creó el solresol, idioma artificial basado en la escala musical. En él, por ejemplo, la nota do indica afirmación; re equivale a la conjunción copulativa y; mi equivale a la conjunción disyuntiva o; mientras que la palabra solasi significa "ir hacia arriba", puesto que se compone de tres tonos ascendentes. Lo que más entusiasma a sus escasos seguidores es que este lenguaje puede ser cantado.

Todos aquellos que deseen colaborar en el sostenimiento del solresol pueden inscribirse en la sociedad «LE SOLRÉSOL» (6 francos por año). Pueden dirigirse al Tesorero: Sso LAROY, 103, Rue du Temple, Paris.

¡redofafa!

lunes, 5 de mayo de 2008

el emperador timothy I


Timothy Dexter (1747-1806) consiguió su primera fortuna vendiendo carbón en Newcastle. Después invirtió los beneficios de aquél negocio en la compra de una partida de calentadores de cama, con la que en un arranque de inspiración, partió hacia el Caribe. Lo sorprendente es que consiguió venderlos todos en muy poco tiempo, pues los nativos encontraron los calentadores muy útiles como sartenes para freír pescado y ñame.
Con la gran fortuna amasada en tan peculiar negocio, adquirió una mansión colonial en Newburyport, Massachusetts. Decoró el exterior de la mansión con cuarenta estatuas de madera que representaban en tamaño natural grandes personajes de todas las épocas, como George Washington, Nelson, Luis XIV y Adán y Eva… incluyéndose él mismo con la inscripción "Soy el primero en el Este, soy el primero en el Oeste, y el mayor filósofo del mundo occidental".

A esta extraña casa fue a vivir con su esposa, de quien decía que estaba muerta. Si alguien le hacía notar que parecía gozar de muy buena salud para estar difunta, él contestaba: “Ah, esa borracha es su fantasma”. En la minicorte de Dexter había un astrólogo, un gigante retrasado mental en calidad de bufón, un ama de llaves de la que decía que en realidad era una princesa africana, y un poeta oficial cuya anterior profesión era la de pescadero.

En 1802 escribió una autobiografía filosófica titulada En adobo para los entendidos, en la cual declaraba ser la persona idónea para convertirse en emperador de los Estados Unidos. El libro contiene 8.847 palabras y 33.864 letras repartidas en una sola oración, sin ningún signo de puntuación ni ortográfico y con las mayúsculas y minúsculas colocadas a boleo. La primera edición la repartió gratis, pero se hizo tan popular que sacó en total ocho ediciones. En la segunda edición incluyó al final del libro una página con trece líneas de comas, puntos, signos de interrogación y de exclamación para que cada lector las distribuyera a su gusto.
Un día empezó a preguntarse qué diría de él la gente tras su muerte, así que anunció que había pasado a mejor vida y se dedicó a preparar el funeral, al que asistieron unas 3.000 personas. Timothy tenía previsto aparecer ante el gentío para que el engaño se convirtiera en simple broma, pero al ver que su viuda no derramó ni una sola lágrima por él, se mosqueó y no le dio la gana de aparecer para desmentir su muerte. Es de suponer que para cuando murió de verdad, nadie movió el culo para ir a su funeral, por lo menos los 3.000 que ya habían ido al primero.

viernes, 2 de mayo de 2008

teléfono


- ¿Cómo vas vestida?
Me miré de arriba a abajo. Llevaba una camiseta con una serpiente dibujada, tejanos y unas botas raídas. Me costó contener la risa.
- Llevo un sujetador de encaje rojo y negro, y braguitas y liguero a juego.

El anuncio decía algo así como “Se busca mujer con voz agradable y don de gentes para trabajo telefónico”. Cuando llamé me contestó una voz de hombre: “Se trata de sexo por teléfono, ¿cómo lo ves?”. Me quedé tan sorprendida que no supe muy bien qué decir. “Si quieres, pruébalo ahora conmigo”. Tartamudeando, dije que lo pensaría y que si acaso ya volvería a llamar. De entrada me pareció muy fuerte, pero ya hacía tres meses que estaba sin trabajo y las deudas se acumulaban. Tanteé a las dos personas de las que más valoraba la opinión: mi madre y mi novio. Mi madre me dijo que si por eso me pagaban bien, y no tenía que ver a nadie ni hacer nada más, que por qué no. Mi novio me dijo que hiciera lo que me pareciera conveniente, que lo que yo decidiera le parecería bien. Esperé a que fracasaran las tres entrevistas de trabajo pendientes que tenía, volví a llamar y me apunté al carro.

El local era un pisito del Born con despacho, baño y salón, sin cocina. Solo una nevera de esas pequeñas en un rincón. En el despacho había cuatro escritorios, uno en cada esquina, cada uno con un teléfono heraldo gris. Ramon me presentó a las chicas: Eva, Jessica y Dunia. Naturalmente, no eran sus nombres auténticos…

Eva era la más veterana, no por edad, sino por experiencia. Era tan guapa que costaba imaginarla trabajando en teléfono erótico. Rubia, ojos azules, su sueño era ser modelo de lencería, ya que era demasiado bajita para ser modelo de pasarela. Conocía a todos los clientes, sus virtudes, sus defectos y sus debilidades. Estaba especializada en sadomaso. “¿Sadomaso por teléfono?”, me pregunté. Pues sí, y era una artista, cosa que puedo atestiguar porque la vi muchas veces en acción.

A Jessica le gustaba decir que era china, aunque por el color tostado de su piel podía ser filipina. Nacida en Sudamérica, si se la oía hablar sin verla parecía una cubanita amorosa (oye papiiiito) gracias a lo cual tenía una larga lista de fervorosos clientes. Mezclaba sabiamente la inocencia oriental con el almíbar sudamericano. Una bomba.

A Dunia apenas tuve tiempo de conocerla, porque acababa de tener un bebé y, aunque intentaba simultanear el trabajo telefónico con el de madre, a los pocos días tuvo que dejarlo.


- Oye, ¿hay algún bebé ahí?
- No, cariño, cómo va a haber aquí un bebé. Debe ser el de la vecina. Espera, que cierro la ventana.


"¡Dunia, dale la teta al niño, o llévatelo, pero que se calle!". Yo ahí me sentí de entrada como un pulpo en un garaje. Creí que no encajaría nunca, aunque de hecho, en el fondo lo que temía era encajar demasiado bien. Las otras chicas me dejaron escuchar algún servicio, me dieron algunos consejos aunque se reservaron sus propios trucos, y empecé a trabajar...