lunes, 19 de abril de 2010

leer en la cama


Solo una hora en un día cualquiera es más placentera que una hora en la cama con un libro antes de dormirse, y es una hora en la cama con un libro por la mañana, cuando ya te han llamado.

Rose Macaulay


Leer en la cama mientras la lluvia repiquetea en los cristales. Suena bien pero es complicado, tanto como leer en la playa o tumbado sobre la hierba del parque. Y si una tiene que guardar cama por narices, hay toda una serie de accesorios cuyo objetivo se supone que es ponérnoslo más fácil: lamparitas, almohadas varias, atriles marcianos...
Ya pueden tirar todo eso porque ya están aquí los fastuosos, únicos e incomparables libros para la cama. Sí, vale, actualmente solo se editan en inglés, no se puede tener todo. Pero si tuviera pasta, la invertiría en ediciones en castellano de estos libros. Como rosquillas se iban a vender. Háganse una idea. Y aquí, el catálogo disponible en inglés.

6 comentarios:

Harry Sonfór dijo...

¡¡¡Aaaaaaaaaaaaaaaaah. Herejíaaaaaaaa-arrrrrrrrrrgh!!!

Helter dijo...

Pondiós, qué susto ma dao. ¿Se le ha atragantado el pastel de aniversario, o la chica que iba dentro?

Harry Sonfór dijo...

Nada, que no me acostumbro a ver un libro así de lao...

Helter dijo...

Vale, puede que el padre del invento fuera un maquetista torpe que confundió una página apaisada con una vertical y quiso rentabilizar la tirada de 10.000 libros mal impresos.

Spanique dijo...

Pues yo siempre leo en la cama y eso del libro apaisao como que no, el libro tradicional me va muyyyyy bien

Helter dijo...

También dependerá de las dimensiones (del libro y de la cama), Spanique...