El hombre de las gafas tomó una carpeta, la abrió y sacó de ella unas láminas. Las miró una por una durante unos segundos, escogió una y la mostró a su interlocutor.
- Dígame, ¿qué ve usted aquí?
- Tetas.
- Mmmm... ¿podría ser un poco más específico?
- Dos tetas.
El hombre de las gafas se revolvió en su asiento, inquieto. “Tranquilo”, pensó, “que él no se dé cuenta”. Con los dedos algo temblorosos le mostró otra lámina.
- A ver, ¿y aquí?
- Una mujer desnuda.
- ...
- Una mujer de raza blanca, morena, con expresión despierta e inteligente y mirada inquisitiva. ¿Le he dicho que está desnuda?
- Sí, ya me lo había dicho.
- ¿Y no toma usted nota?
- No es necesario. Le recuerdo que todas nuestras sesiones son grabadas.
El hombre de las gafas apenas podía disimular ya su nerviosismo. Se levantó, dio algunos pasos hasta la máquina de agua y se sirvió un vaso. Aparentando paladearlo, aprovechó para ordenar sus pensamientos y diseñar una estrategia. Volvió a sentarse y tomó otra lámina.
- Ahora mire atentamente esta imagen. Dígame qué es lo que ve.
- Dos hipopótamos.
- ...
- Dos hipopótamos pigmeos grises, con cachirulo en la cabeza y bailando por sevillanas.
- ¿Y ahora? –dijo dándole la vuelta a la lámina.
- Dos hipopótamos pigmeos grises, con cachirulo en la cabeza y haciendo la vertical sosteniéndose con una sola pata.
El hombre de las gafas se levantó indignado, y señaló a su interlocutor con un dedo acusador.
- ¡Usted no me está tomando en serio!
- Cálmese, ya sabe usted cómo se pone cuando pierde los nervios. Relájese y respire profundamente.
- Pero doctor, compréndame, si usted no me toma en serio, ¿quién va a hacerlo?
- Ya le dije que el test de Rorschach no servía absolutamente para nada. Se ha acabado el tiempo de visita. No olvide seguir tomando su medicación, y hágame caso: relájese.
- Dígame, ¿qué ve usted aquí?
- Tetas.
- Mmmm... ¿podría ser un poco más específico?
- Dos tetas.
El hombre de las gafas se revolvió en su asiento, inquieto. “Tranquilo”, pensó, “que él no se dé cuenta”. Con los dedos algo temblorosos le mostró otra lámina.
- A ver, ¿y aquí?
- Una mujer desnuda.
- ...
- Una mujer de raza blanca, morena, con expresión despierta e inteligente y mirada inquisitiva. ¿Le he dicho que está desnuda?
- Sí, ya me lo había dicho.
- ¿Y no toma usted nota?
- No es necesario. Le recuerdo que todas nuestras sesiones son grabadas.
El hombre de las gafas apenas podía disimular ya su nerviosismo. Se levantó, dio algunos pasos hasta la máquina de agua y se sirvió un vaso. Aparentando paladearlo, aprovechó para ordenar sus pensamientos y diseñar una estrategia. Volvió a sentarse y tomó otra lámina.
- Ahora mire atentamente esta imagen. Dígame qué es lo que ve.
- Dos hipopótamos.
- ...
- Dos hipopótamos pigmeos grises, con cachirulo en la cabeza y bailando por sevillanas.
- ¿Y ahora? –dijo dándole la vuelta a la lámina.
- Dos hipopótamos pigmeos grises, con cachirulo en la cabeza y haciendo la vertical sosteniéndose con una sola pata.
El hombre de las gafas se levantó indignado, y señaló a su interlocutor con un dedo acusador.
- ¡Usted no me está tomando en serio!
- Cálmese, ya sabe usted cómo se pone cuando pierde los nervios. Relájese y respire profundamente.
- Pero doctor, compréndame, si usted no me toma en serio, ¿quién va a hacerlo?
- Ya le dije que el test de Rorschach no servía absolutamente para nada. Se ha acabado el tiempo de visita. No olvide seguir tomando su medicación, y hágame caso: relájese.
18 comentarios:
Ay que palo, madre...ahí en el FRONSTISPICIO!!!!!
Lo metí, lo metí otra vez, ay que gustirrin...
Jelta, so malona!
Beso.
Otra vez las omnipresentes tetas, esta mujer es incorregible, no hace propósito de enmienda. Y ahora vendrá el otro, Trikki, a echar más leña al fuego, me parece estar viéndolo.
Voy a darme una ducha fría, o al confesionario, o las dos cosas al mismo tiempo.
A mí me gusta esa lámina en la que están dos mujeres peleándose por un vestido en las rebajas; y también la del discurso (¿conferencia? de Jesucristo en el monte, con todos esperando algún milagro.
Muy chulos los tests, ya lo creo
Venga, vamos alla:
El primero es la cabeza de un gatico demoníaco de frente, con una sonrisa perversa. O, también, son dos ángeles unidos por un ala, cada uno con una mano levantada, gritando de dolor y de espanto mientras son acribillados a escopetazos de perdigones.
El segundo son dos enanitos con gorros rojos bailando el baile de los enanitos con gorros rojos o, también, la cara de un ogro de frente, con barbas, al que le han cortado la cabeza, con salpicones de sangre.
El tercero son dos señoras africanas de perfil cogiendo un puchero. En el centro hay una mariposa y las dos tienen el pensamiento de que se van a comer un estómago de buey poco hecho.
El cuarto es un sapo en la sala de vivisección.
El quinto es Namtab, o el símbolo de Batman al revés. O un hadita alicaída.
El sexto es una piel de oso extendida en un salón que ha mordido la base de una lámpara y se está electrocutando.
El séptimo son dos señoras de perfil con moño manteniendo una charla o un desnudo guarrete de Rodin a la acuarela.
El octavo es Denzel Washinton.
El primero son dos cerditos con las orejas pinchudas haciéndole oink,oink a la luna. El segundo un inspector de hacienda mirándose al espejo dspués de la ducha con la toalla liada en la cabeza. El tercero son las de las rebajas fijo fijo.
El cuarto es un gigante con un miembro como una peana.
El quinto una palomica dissfrazada de Carmen Miranda
El sexto el remate de una torre de La Sagrada Familia y el séptimo os gusanas que son familia justo en el momento de tomar impulso para darse un abrazaco, que madre cuanto hace que no se ven.
Y aluego Denzel W., yes
Pero,¿No lo ven?. El octavo es Obama con camiseta sin mangas y tirantes y bajo esa camiseta blanca se intuyen unos protuberantes pechos de mujer.
Ay, qué bonita y variopinta es la psicología humana. Donde unos ven una tostada chamuscada, otros ven la imagen de letizia con su antigua nariz. ¿Han visto la portada del jueves de titular "El Príncipe, sorprendido con una desconocida"? ¿Y la portada de Cayetana?
Oiga, Helter, que no se lo había dicho, pero que la foto que ha elegido para esta entrada de Rorschach me ha gustado mucho. Tiene ojo perro usted.
Tercer dibujo por arriba. Josephine Baker de perfil tocando un tambor frente a sí misma. Pelo corto, collar de perlas enrollado al cuello, busto generoso, tacones,pero ¿qué es éso que le sale a la altura de la rodilla? ¿La reina del cabaret era un travesti?
Oiga Helter, en cuanto a la video advertencia : Que si lo que le pasa a una chica que fuma marijuana es que se intenta suicidar desde el asiento del copiloto de un descapotable parao, pues tampoceo me parece que las consecuencias sean graves a parte de que se le vean las bragas, que más vale que le haga caso a su madre y las lleve limpias. Pero a los chicos que beben si que habría que decirles algo. La de vidas y caretos que puede salvar un abrebotellas.
Yo creo que es tanto o más perjudicial para la salud ser tonto que fumeta. ¡Y aún así, ser tonto no está prohibido! ¡Reforma del código penal YA!
Oiga, Helter, que me estaba preguntando yo si tiene tambien problemas para entrar en los blogs de Arkab y Harry, que sólo me enseña las cabeceras si entro, puede que la maldición de la omisi´n de los frutales esté haciendo efecto,¿o es mi equipo commodore 64?
Oiga, pues yo entro y me veo estupendo...
Bueno, Harry es que hoy se ha puesto unas gafas X que no sólo tienen pasta sino que le dejan ver muy bien todo. Pero todo, todo.
Oiga, Helter, que el vídeo que ha puesto usted se podría llamar «Mementico malo», que el autor lo ha llamado «Surprise», pero que lo podía haber llamado «Mementico malo» igualmente, e incluso podría asegurar que en algún momento lo pensó pero que luego se dijo «mira, que no, que lo voy a llamar Surprise y van que chutan».
Harry, Arkab, si leen esto les aseguro que no puedo entrar a su blog, y que cuando pincho en link se me queda la cabecera, que es lo único que veo, que puede ser mi equipo, que no digo que no, pero que eso antes de ayer no me pasaba, y me pasa justamente con los dos que tienen el mismo tipo de cabecera, y que yo venga a pinchar la cabecera pero que ná, que no se descarga la página.
Misterios.
Trikki, ¿ha probado a borrar las cookies? Líbrese de ellas, que engordan pero no alimentan. Y en un momento dado, cárguese también el historial del navegador.
Ná,Helter, ná, que eso ya está, es una de las pocas cosas que sé hacer, fijesé, que yo creo más que es una conspiración judeomasonica con ácido borico y todo de por medio para que no entre. Me falta probar con el firefox, que ahora que le leo se me acaba de ocurrir.
Publicar un comentario