Todo el mundo ha oído hablar de El grito de Munch –por cierto, el cuadro más veces robado y vuelto a recuperar de la historia- y del grito de Tarzán… pero muy poca gente conoce la curiosa historia del grito de Wilhelm aunque todos los que se dejan caer alguna vez por el cine lo habrán oído cientos de veces.
Este no es un blog de frikis ni de trekkies, no hay hadas, arco iris ni unicornios, no es un blog satánico ni de denuncia social ni de adoradores de gatitos. No es una crónica gráfica familiar o de viajes, ni una guía para dejar de fumar ni una lista de películas de culto. No es mi terapia. Ahora, qué es exactamente, pues no sabría decirlo. Advertencia: Este blog está indicado para ser leído de noche. Si aun así insiste en leerlo de día, hágalo bajo su propia responsabilidad.
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