Todas las mujeres toquen esta copa, y repitan después de mí: no tendré ninguna relación con mi esposo o mi amante aunque venga a mí en condiciones lamentables. Permaneceré intocable en mi casa con mi más sutil seda azafranada y haré que me desee. No me entregaré. Y si él me obliga, seré tan fría como el hielo y no me moveré.
Juramento de Lisístrata
En Kenia, el Gobierno de Unidad Nacional ni gobierna, ni está unido. El país está sumido en el caos político, el paro y la inseguridad ciudadana. Un grupo de mujeres hartas de la situación, el G-10, está intentando convencer a todas las demás para llevar a cabo una huelga de piernas cruzadas durante siete días. Están dispuestas incluso a financiar a las profesionales del sexo para evitar el esquirolismo. Ida Odinga, esposa del primer ministro, también está en la lucha. Hermanas, que no os pase ná...
En Kenia, el Gobierno de Unidad Nacional ni gobierna, ni está unido. El país está sumido en el caos político, el paro y la inseguridad ciudadana. Un grupo de mujeres hartas de la situación, el G-10, está intentando convencer a todas las demás para llevar a cabo una huelga de piernas cruzadas durante siete días. Están dispuestas incluso a financiar a las profesionales del sexo para evitar el esquirolismo. Ida Odinga, esposa del primer ministro, también está en la lucha. Hermanas, que no os pase ná...
4 comentarios:
Mujer, si en esa semana se les cruza en el camino Benicio del Toro o tableta de chocolate Arkab, a ver quien coñio se resite.
Yo, como Hernández y Fernández, aún diría más: a ver qué coñio se resiste.
Buena suerte. todo por la paz y el orden, para que luego digan que no cuestan....
Un placer verle por aquí, Sr.
Hace muchos años, asistí a unas misteriosas reuniones sobre técnicas anticonceptivas organizadas por la seguridad social. Las asistentes eran en su mayoría mujeres inmigrantes, y las que impartían, blancas, españolas y de clase media. A estas se les ocurrió decir que una técnica anticonceptiva podía ser en un momento dado decirle que no al baranda cuando no se tienen ganas, y todas se echaron a reír (por no llorar).
Una de ellas dijo: "Mi marido es camionero, mide dos metros y pesa más de cien kilos. Si viene a casa después de quince días fuera y le digo que no, ¿vendrá usted a sustituirme?"
Publicar un comentario