El puto loro se llama Barney y tiene siete años. No se sabe cómo coño fue a parar al zoo donde ahora vive, pero lo que sí está claro es que su anterior dueño poseía un amplio repertorio de tacos y palabrotas exquisitamente pronunciados con acento de Oxford. Conoce palabrejas relativas a los órganos sexuales masculinos y femeninos, no va flojo tampoco en adjetivos y epítetos, y su entonación dramática puede calificarse de más que correcta. ¡Hostia puta! –diréis. Pero eso no es todo.
Barney comparte jaula con otros dos putos loros más jóvenes que él, y como corresponde a los miembros (que no pollas) más veteranos de la comunidad, les está enseñando todo lo que sabe. Ole sus huevos. Cuando hay una visita oficial, al coro de esos loros cabrones le da igual tener delante al puto alcalde, al maricón del vicario o a la calientapollas de miss Wembley. Los inocentes niños que van de inocente visita al zoo se mean de risa, mientras que a sus padres se les ponen por corbata y se cagan en la madre que los parió. Que parió a Barney y sus colegas, claro. Bueno, que puso sus huevos. Los huevos de los que nacieron, digo.
Barney comparte jaula con otros dos putos loros más jóvenes que él, y como corresponde a los miembros (que no pollas) más veteranos de la comunidad, les está enseñando todo lo que sabe. Ole sus huevos. Cuando hay una visita oficial, al coro de esos loros cabrones le da igual tener delante al puto alcalde, al maricón del vicario o a la calientapollas de miss Wembley. Los inocentes niños que van de inocente visita al zoo se mean de risa, mientras que a sus padres se les ponen por corbata y se cagan en la madre que los parió. Que parió a Barney y sus colegas, claro. Bueno, que puso sus huevos. Los huevos de los que nacieron, digo.
En la imagen, dos ejemplares de Pionus menstruus. Si se preguntan por qué se llaman así, fíjense cuidadosamente en el colorido de su plumaje.
19 comentarios:
Antes de que me lo pregunte Trikki, lo aclaro yo, cojones; el puto loro es el de detrás (un yaco), el de delante es un puto guacamayo.
Tampoco hay que ser tan tiquismiquis, cagüenlaleshe, que en el puto curro mis opciones gráficas están la hostia de limitadas. Bueno, y las demás opciones también. Quién me mandará a mí meterme con pajarracos estando Arkab al acecho. Ahora me dirá que las putas palomas no son grises y que los jodidos flamencos solo tienen una puta, digo, una pata.
Ojo, que le juro por lo más sagrado (Pauley Perrete) que ya al inicio de leer su entrada me he dicho «Leches loro, si eso es un guacamayo como una casa, qué digo guacamayo, eso es el guacamayo, el guacamayón, el protoguacamayo, el guacamayo rojo o bandera (Ara macao) para ser más exacto». Ahora veo que lo ha cambiado por otra imagen. Bien, vale. Si es así, bien.
Oiga, me da cierto pudor confesarlo, pero la imagen que ha puesto en el trastero de su página me pone palotón. La del muchacho ofreciéndole el perrito a la muchacha. Sí, esa. Como se lo digo.
Ya veo que por una puta vez se habla aquí como Dios manda, cagonlahostia.
Por favor, que hablar bien no cuesta un pijo, y además queda uno de puta madre.
Sinceramente no me esperaba de usted, Harry, ese comentario sobre la chica y el perrete. De Trikki me esperaba eso y más, pero de usted no.
Que sepa que ha escalado varias posiciones de golpe en el ranking de mentes calenturientas. Bienvenido al club.
Para esta noche le prometo poner en mi tras(t)ero una afoto con miembro subliminal que es una pasada.
Vale, pero que no sea la del vaquero y el niño con el tronco, que esa ya la puso Arkab en Ordocívico y ya me la conozco.
No, no, la que digo creo que es de whisky y va más bien de retoque fotochopero que juega con las sombras de una espalda femenina.
Pero volviendo a la del perrete, ¿se ha fijado con que dulzura y al mismo tiempo firmeza sostiene la chica esa botella? (esto lo digo para volver a ponerme en cabeza del ranking, que se despista una un segundo y ya la dejan atrás).
¿Que si me he fijado? Si yo lo que quiero es conseguir esa foto en grande para imprimírmela en un plotter y ponérmela en la pared de aquí delante.
Haciendo recuento de símbolos fálicos, contando botellas, perritos, panecillos de perritos, cuchillos y ¡plátanos!, me salen unos cuarenta simbolos fálicos.
Si además hila fino, verá que dos muchachos llevan prenda de rayas verticales, que funcionan como flecha señaladora de la zona genital, un bote con una cucharilla dentro, que sirve como símbolo de la unión del yoni y el lingam, y una colección de cucharas que señalan los aparatos reproductores de la pareja del fondo. El muchacho del fondo a la izquierda está solo, amorrado a una botella y con la otra mano cerca de los plátanos ¿ha sacado conclusiones? Bien.
En todo caso, la perfección subliminal está en algo que aún no hemos nombrado. Si pone las figuras del fondo y las de delante en un mismo plano, la escena del cuadro izquierdo muestra una imagen de sexo explícito bisexual. Un trío de dos varones con una señorita, vaya. Eliminen la neverita verde de su visión y ya me dirán ustedes. Es un hito preciosista de la guarringonguería.
¡Hostia puta, ya me ha dejao atrás otra vez!
Mi preferido de la imagen, sin duda, es el tipo de la derecha, ese que está abriendo una... uh... una botella, creo.
cawenlaputa pa una vez que los entiendo vá y me lo pierdo. Nada que decir, que ya lo han dicho to.
Bueno, si, algo que decir venga, esos dientes blancos del que se sujeta el perrito caliente con la mano son excesivamente blancos, que así no hay quien se le coma el perrito oiga, que deslumbra.
Esto está que arde, pero lo que dicen sobre símbolos fálicos (¿es un diminutivo aragonés?) de la fotografía es una niñería al lado de lo que he visto en ca Faren.
Oigan, y a mí que me parece que el de la izquierda, el de los plátanos, no tiene pies.
Sólo con decirle que los pimientos de la bandeja retractilada, cuando los compraron esa mañana, eran rojos, no le digo más la tensión sexual que hay ahí.
Oiga, sí, el bebedor del fondo no tiene piernas. Santo dios, esto es más misterioso que el Código Da Vinci y la calavera de cristal todo junto.
Pues no era de whisky, era de paquetes.
¿se ha acabao la fiesta? Cuando he llegao el perrito se ha debido comer al loro y no hay rastro ni de la comida ni del güisky cheli ni ná, ni ná. Ya veo que no son de guardar, que se lo comen todo a caraperro. Sús, que compulsivos
¿No ha llegado a ver la afoto de marras, la del inocente picnic estilo amo-a-laura? Pues nada, esta noche la volveré a colgar. Igual igual hasta la retoco un poco.
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