En julio de 1876, cansada de servir en Fort Laramy, cogí mi bolsa con las monedas ganadas por mis servicios como exploradora y subí al vagón de un tren en marcha que se dirigía hacia el norte. Pasando de un vagón a otro le vi allí, en persona, sentado junto a Charlie Utter: era Wild Bill Hickok. Había oído tantas cosas sobre él que no podía creer que el asiento de enfrente estuviera vacío. Me senté y, por no mirarle a los ojos, miré sus botas. Estaban desgastadas pero cuidadosamente lustradas, así como su hebilla. Sin atreverme a alzar la mirada, le oí pronunciar mi nombre. Calamity Jane.
- Y allí estaba yo, con el precipicio a mis espaldas y ante mí unos cincuenta indios pintarrajeados, armados y además, cabreados. Miré a derecha y a izquierda. No había escape posible. Me dije: "Wild Bill, de esta no sales...". Empuñé mi pistola y apunté.
- ¿Y qué más? ¿Qué pasó?
- Pues qué iba a pasar... ¡Que me mataron!En la ventana del tren se hizo de noche y quedamos sumidos en una anaranjada luz de gas. Vi brillar una alianza en el dedo de Wild Bill. Algunas horas y algunas botellas después, me contó que a menudo se veía envuelto en tiroteos con pistoleros que querían apuntarse el tanto de matarle. Durante sus largas partidas de póker, insistía siempre en sentarse en el rincón para asegurarse de no ser disparado ni por la espalda, ni por los flancos. Cuando ya clareaba y Charlie roncaba como un oso en celo, busqué de nuevo con la mirada su alianza. Ya no estaba allí.
- Una vez me topé con un oso enorme. Vacié mi cargador y ni así se detuvo el maldito animal. Me dije: "Wild Bill, de esta no sales". Rodamos por el suelo, y en la refriega conseguí coger mi cuchillo. Se lo clavé tantas veces que ya no podía distinguir su sangre de la mía. Le maté, ya lo creo que le maté, le corté los huevos y los metí en una lata de café.
- ¿Y qué hiciste después?- Pues un café, naturalmente. ¡El mejor que he probado nunca!
Algunos días después llegamos a Deadwood, y aunque nos establecimos en la misma ciudad, nuestros caminos se separaron muy a mi pesar. Wild Bill era como el viento y no había nacido la mujer que pudiera retenerle, ni siquiera Agnes, su esposa, de la cual me consta que estaba profundamente enamorado. Pero lo nuestro no fue amor, fue algo mucho más potente. Por eso salió corriendo.
- Ahora tenemos que separarnos, pero te juro que algún día estaremos juntos para siempre tú y yo.
En agosto me avisaron de un tiroteo en el salón. Por alguna extraña razón, tenía clarísimo que se trataba de Wild Bill que, por una vez, no pudo sentarse en el rincón y aun así insistió en jugar. Jack McCall le disparó por la espalda. No sé por qué, lo primero que hice fue mirar si llevaba su alianza o no. Estaba en el bolsillo de su chaleco. Después miré qué mano llevaba en el momento de morir. Dos ases negros y dos ochos negros. La quinta carta ni yo ni nadie osó levantarla. Seguro que iba de farol, y no es de ley desenmascararle un farol a un muerto.
14 comentarios:
Helter, usted que es mi amparo, mi utopía y mi heliomotor, y que además sabe traducir de todo, ¿podría decirme el significado de Crooked Nose apodo del, a la sazón, que asesinó al que llevaba «La Mano del Muerto»? ¿Ein?
Pues que tenía la nariz torcida, como si dijéramos que la cargaba hacia un lado. A saber si era a causa de alguna pelea, o simplemente por tener el tabique desviado.
Oiga Helter, que yo me esperaba que en su relato la mujer pegara algún tiro, se me esta usted haciendo de lo más tradicional.(vale, que me ha gustado).
Lo sabe todo esta mujé, a ver si me saca de una duda tesnica.
Verá, a ver si sé explicarme, el otro día comí en un restaurante, en el que me sirvieron una parrillada de verduras en un artilugio que me gustaría saber como se llama, y a ver si usted que es mi bombilla, mi jaque mate en cuatro movimientos (uno, sincopalrey, dos sinliga, tres sinchampionlí, cuatro elpasillito) y como la pareja de Imanol Arias pero sin el apellido, es capaz de sacarme de esta duda que me asola.
La cosa era como una base de madera cuadrada, y encima tenía atornillada una plancha metálica con forma ovalada en la que las verduras, venian como haciendo frrrsssss terminandose de hacer, y por cierto la planchita quemaba un webo, pero la madera no. Me extraña que la metieran en el horno(por la madera), pero tenía toda la pinta de que la habían metido en el horno, aunque era una parrillada de verduras, que se supone que se hace en la parrilla, y se terminó de hacer en la mesa.
Oiga, que duda más grande que tengo de saber como se llama eso, y como se gasta o se calienta tanto esa plancha.(pa conseguirla digo, y copiarlo)
(Ya he buscao en el google, y ná de ná, debe ser por que no sé como se llama)
Si lo sabe, prometo no jugar nunca al trivial con usted (a no ser que sea al del marujeo).
Es que Jane no era pistolera, aunque iba armada, sino exploradora, cazadora y mensajera. Justo antes de llegar a Port Laramy, para entregar un mensaje del General Crook atravesó el río Platte a nado y viajó durante 145 km sin reposo, tras lo cual se puso enferma y se rompió una uña.
La cosa esa que dice me recuerda a lo que los chinos llaman "plancha de hierro", y ahí cocinan cualquier cosa: verdura, pasta, pescado, marisco, carne... En BCN conozco un lugar donde las venden.
Jos, mi chino se tiene que modernizar, que aqui la familia feliz viene en cerámica.
Seguiré buscando.
Para buena buena, la carne de cordero que preparan en algunos restaurantes de Teruel, sobre una teja calentada en hornos de leña.
Personalmente lo de las parrilladas que en los restaurantes te sacan a la mesa pueden ser muy divertidas cuando apetecen(además ahorran mano de obra de cocina) pero si eres vecino de mesa y no te apetece que ahumen la ropa ese día, pues como que no.
Trikki lo que ha descrito seguro que lleva oculta debajo de la plancha una resistencia y una salida de enchufe a la red. Salvo que el cocinero se haya entretenido en atornillarle la base de madera después de sacarla del horno o calentarla al fuego. No, ¿verdad? Busque en gluglú "grill raclette" y encontrará aparatos parecidos.
Si termina comprándolo, por favor no intente hazañas electrodomésticas de las suyas que se puede llevar un disgusto.
Que no Arkab, que no, que lo primero que hice fué buscarle el enchufe, pero que nada, que soy capaz de ir a comer otra vez y hacerle una foto (uste dirá pos ya que vá, pregunte como se llama, pos tambien).
La única explicación que le encuentro es que únan madera y metal con el metal ya caliente en el horno, mediante el dichoso tornillo con tuerca.
La parrillada a la que usted se refiere suele ser de carbon Vico, pero esto no tiene nada que ver, no sale humo casi. Yo he probado a la leña con pizarra natural (que no teja) en casa, y lo que mejor se hace es el pollo, muy lentamente, vamos que si le gusta bién asado por dentro, lo puede poner a la hora del desayuno para comer a eso de las cuatro.
Plancha para hacer pescado con leña, me han tenido que hacer tres hasta que dí con la que me vá bien (menos mal que el cerrajero me las hace a medida a precio de "amigo").
Tuve que probar con diversos grosores hasta que por fin, con 0.8 mm conseguí una plancha de hierro forjado a la que le doy fuego a toda leche hasta que se calienta, y le retiro el fuego cuando ya está caliente, para cocinar al menos durante dos horas sólo con el calor del ascua (el hierro retiene el calor que no veas). El pescado no se pega nunca y para limpiarla no vé el agua, se limpia fácilmente con fuego y por la parte útil sal, que absorve todo lo que hay. Eso sí, la carne no sale bién, sale "gominosa", es sólo para pescado , mariscos y verduras.
Trikki: La verdura, la carne y el pescado o marisco también hace humo y mucho, ya puede churruscarlas con lo que quiera. Lo ideal de las barbacoas es hacerlas al aire libre, no tanto en el comedor de un restaurante.
A veces, cuando nos juntamos los amigos para comer, empleamos una plancha de hierro, precisamente de ese grosor para cocinar el marisco, y lo que va muy bien es ponerla sobre un paellero de gas butano, con el que se pued controlar muy bien el fuego. No, si al final volveremos a las paellas.
Trikki, por el amor de dios, el truco para que su plato, aunque esté hecho hace 34 días, le salga caliente de la cocina del restaurante consiste en tener en cocina una salamandra. Otros lo llaman calientaplatos, y es por ello que algún camarero fino le dirá «cuidadito con el plato, que está muy caliente». Copón, está caliente porque lo ha sacado usted de la salamandra esa, que mete usted el plato ya preparado y, placa, lo calienta como recién salido del infierno. Lo demás son planchas que se colocan directamente sobre el fuego y que luego se colocan sobre bases de madera, pero de horno, poco. O gas ahí chufletando abajo o salamandra, pero calentar algo en un horno es algo poco eficaz en un restaurante (el horno está para hornear grandes cantidades de comida que luego se enfrían y que se calientan rápidamente en una salamandra, en una plancha sobre el fuego o en un microondas). La salamandra tiene poco misterio: es como un horno pero sin puerta y con la resistencia casi encima del plato. Las planchas de metal de todo tipo (como las chinas) se calientan a las mil maravillas sobre un fuego de gas a todo trapo; sobre vitrocerámica, placa eléctrica o cocina de inducción mejor que no lo intente, que no es lo mismo.
El truco del arroz crepitante: si alguna vez va usted a un chino y le sacan un arroz seco al que le echan un pozal de caldo hirviendo y hace chui-chui y se pregunta cómo carajo se hace eso, no se preocupe: en el Makro se lo venden. Grandes tarros de pástico llenos de arroz inflado. Coge el arroz (que viene en ladrillos, como el turrón de Alicante), lo rompe en trozos, lo saca a la mesa en un recipiente, le echa el pozal de caldo con salsa de soja y, placa, arroz haciendo chui-chui.
Oiga, que eso si puede ser, que lo calienten al fuego y luego le pongan la base de madera con su tornillico y su tuerca (en no quemarse debe estar el mérito). Y ahora que dice de Makro, hace poco allí ví la carne más cara que he visto (por kilo) en mi vida.Era de una especie de ternera, añojo o buey procedente de Japon que bebía sake y por el precio, debía comer jamón ibérico de bellota.
Si la gracia yo se la veía que cada uno se come las verduras a su gusto, pero que esta tenía mucha gracia, ya les pongo una foto si repito.
Helter, no mienta usted, los chinos no llaman "plancha de hierro" a eso, sino "planchla de hielo"(vamos, como la toltilla).
Ah, es cierto. Una de las preguntas del chat del trivial es "¿Cómo se dice en chino 'los perros del curro no me dejan dormir'?
Yo nontiendo que les hablen de muertos y casi muertos y les entre este apetito. ¿También son chistes de hombres?
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