lunes, 3 de noviembre de 2008

terranauta


Érase una vez un pez de colores. Mientras sus compañeros y compañeras retozaban alegremente dentro del agua y se ocupaban tan sólo de comer y no ser comidos, él sacaba la cabeza fuera y observaba el mundo exterior. No tenía nombre para todo lo que allí veía, pero con su pequeño cerebro intuía que lo que es arriba es igual a lo que es abajo, de forma que los pájaros son los peces del cielo, las nubes son concentraciones de krill, el viento es la corriente, los aviones son submarinos...
Un día, espoleado por la curiosidad, se acercó demasiado a un submarinista y fue capturado. Tras algunos días de viaje, le introdujeron en una pecera redonda de cristal. Miró a su alrededor. Había algunos seres humanos vestidos de blanco observándole, dando golpecitos al cristal. Tal vez pretendían devorarle, aunque no entendía por qué no lo habían hecho ya. Dio unos cuantos aleteos nerviosos y observó que, de alguna forma que no comprendía, se estaba desplazando... A su alrededor, los humanos parloteaban animadamente entre sí y le señalaban. Por alguna misteriosa razón, de repente esas palabras cobraron sentido para él.

- El sistema es muy simple. En la pecera hay una cámara que registra los movimientos del pez. La pecera está conectada a una estructura con ruedas y un pequeño motor. Las imágenes recibidas por la cámara son interpretadas por un microchip que traduce los movimientos del pez a órdenes comprensibles por las ruedas del artefacto. Así, cada movimiento del pez dentro del agua se convierte en un desplazamiento en tierra firme.

Los humanos aplaudían alborozados y se felicitaban unos a otros. El pececito, consciente de la gran trascendencia científica del hecho, creyó llegado el momento de pronunciar unas palabras.

- Este es un pequeño aleteo para un pez, pero un gran paso para la peceridad.

Y salió al jardín a contemplar los árboles.

7 comentarios:

Harry Sonfór dijo...

Oiga, Helter, reina, «las nubes son concentraciones de krill» es de lo más grande que ha escrito usted, sin desmerecer lo demás.
Vaya.
Madre qué bueno.
Bueno, que es que hoy me ha pillao blando, ojo, pero que me ha gustado mucho, cofón.

Helter dijo...

Ahí le tengo que dar la razón. Las cosas como sean: tiene usted toda la razón del mundo. Le he pillao blando.

Arkab dijo...

Helter, no es necesario que nos explique qué son las colas de langosta fuera del acuario, que el suyo es un blosj decente.

Helter dijo...

Sí, sí, muy decente, pero fíjese con qué habilidad subliminal he vuelto a hacerlo...
¡He vuelto a colar a Went,
y nadie se ha dao cuén!

Jo, hoy me he levantao poeta.

ludovico dijo...

Cada vez está más desmejorao el muchacho ese, sí.

Harry Sonfór dijo...

Oiga, lo más sorprendente es la cantidad de imágenes de peces con paticas que ha encontrado usted.

Helter dijo...

Pues sí, es poner "pez con paticas" en el guguel así, entre comillas, y salen a punta pala. Pero no he podido encontrar el pescaíto ese del Profesor Fainsworth, de Futurama, que llevaba un casco en la cabeza y paticas ortopédicas. El pescaíto.