martes, 3 de febrero de 2009

norbert


Un mes antes de que la familia se mudara de casa la esposa de Norbert, que le conocía bien, le recordaba cada día: “Norbert, faltan 30 días para que nos mudemos, acuérdate”. Así siguió la cuenta atrás hasta que llegó el día D. “Norbert, recuerda que HOY nos mudamos, y que al salir de la universidad tienes que coger otro autobús”, le dijo metiéndole en el bolsillo un papel con la nueva dirección y el nuevo autobús apuntados.

Evidentemente, al salir de la universidad Norbert cogió el autobús de siempre, y al llegar a su antigua casa y encontrarla cerrada, recordó. Rebuscó en sus bolsillos, pero le había dado el papelito a un alumno que le pidió su número de teléfono. Le había dado el teléfono de su antigua casa. Así que volvió a la universidad y cogió otro autobús.

Al llegar a su nuevo barrio dio algunas vueltas, pero fue incapaz de encontrar su casa. Se rindió, y le preguntó a una niña que pasaba: “Oye, guapa, ¿tú sabes dónde viven los Wiener?”. Y la niña le respondió: “Claro, papá, ven conmigo y te llevo”.

19 comentarios:

Harry Sonfór dijo...

Ojo, que el hombre era despistao, pero que casi mejor, que si no fuera despistao imagínese usted el mal trago que hubiera pasado al descubrir que, en la librería de su dormitorio, su esposa la hitleriana tenía dos ejemplares del Mein Kampf, el uno en alemán y el otro en inglés, ahí bien aparentes.

Anónimo dijo...

bueno, eso va más allá del despiste.
¿sería una buena excusa si le pillaban con otra? "CARIÑO, PENSABA QUE ERAS TÚ"

Badil dijo...

Pues yo digo que habría que las contrastar las fuentes. ¿Cómo sabemos que esa niña es su hija y no una integrante de una terrorífica banda dedicada al secuestro de matemáticos en defensa de la docencia controlada y cuyo lema es "sabio..., capullo..., estudiate lo tuyo"? (decir con soniquete)
¿Cómo lo sabemos? ¿ein?

Harry Sonfór dijo...

O una prostituta ataviada con ropas de colegiala de escuela privada que en lugar de a su casa se lo llevó a la mancebía de la perdición para que le enseñara la integral de Fourier-Mellin.

Badil dijo...

Pues que no lo sabemos.

Harry Sonfór dijo...

O una agente de la compañía secreta de Stephen Hawking que roba estudios científicos a los profesores despistaos para luego hacer perracas diciendo que el estudio es suyo.

Helter dijo...

O la última de una raza extraterrestre procedente del planeta Funiculi que pretende desovar en su cerebro para invadirnos desde dentro.

Harry Sonfór dijo...

Anda, que el vídeo que ha puesto hoy es mismamente las imágenes que me vienen a la cabeza cada mañana reecién levantao cuando me tomo el café con las madalenicas caseras que me hago los fines de semana con los moldes de silicona para horno que me compré en el Corte Inglés sección menaje y cocina. Clavao. Si ya me decía el neurólogo «Irse de mi, irse de mi, maldito perro, no se te ocurra volver a entrar en esta consulta». Pues ahora va a ser que sí, que son visiones raras de esas.

Helter dijo...

A mí me da un poco de mal rollo el tubo este, pero es curioso de ver.

Arkab dijo...

Oiga, Helter, próximo el día de los enamorados, si va en estos días a alguna jornada de tuppersex de la maleta roja no olvide informarme de los moldes de silicona, sección menaje y cocina.

Helter dijo...

Pues justamente esta tarde tengo una, ya le diré. Aunque creo que en este tema está más puesto Harry que yo.

Harry Sonfór dijo...

¿Tuppersex? esas reuniones en casas de vecinas a las que acude una señora con una maleta de viaje de color rojo que abre y se pone a sacar que si un consolador a pilas multifunción con cinco velocidades de goma transparente con bolitas de colores en su interior y luces; cremas lubricantes, de esencias, aromas y sabores; lencería sexy o enormes penes de goma con ventosa para pegar en el suelo, encima de una mesa, sobre una lavadora o en cualquier superficie limpia, lisa y sin restos de grasa? Yo de eso no sé nada. A mí no me pregunten.

Trikki dijo...

Yo tampoco se nada, que eso es cosa de mujeres tendentes al color negro por alguna extraña razón de ¿tamaño?

Helter dijo...

Bueeeno, ya salió la típica leyenda urbana. No se acomplejen, por favor, que el tamaño no nos importa tanto. ¿Acaso les importa a ustedes el tamaño de nuestra vagina? Pues eso. Bueno, vale, el de las tetas tal vez sí. Pero total, porque alguna vez hayamos utilizado inocentemente ese argumento para joderles un poquitín... Qué sensibles, pondiós, es que no se les puede decir nada.

ludovico dijo...

Ojo, bueno, pues, o pues, o o anda,
¿A mí? Oiga, pues ¿tuppersex yo?, bueeeeeeeeno. (Vale, de acuerdo)

Arkab dijo...

Helter, que no la despisten; recuerde: moldes de silicona, sección menaje y cocina. En color rojo fashion, a ser posible.

Harry Sonfór dijo...

Vale que los míos son color teja fashion, vi también que tenían color negro humo fashion, pero eran del mismo material y todo igual y valían el doble. Lo importante es que aguante altas temperaturas para horno, no vaya a ser que se le derritan en mitad de la cocción y la liemos. Luego, lo bueno es que dendispués del uso, los meten en el lavavajillas y se les quedan como nuevos.

Harry Sonfór dijo...

Oiga, Helter, usted que todo lo sabe, que quería preguntarle que por qué una señora cuando se pone fuertota se convierte en un señor jevi. O si no, qué me dice de la señora Geramnii Audrey.

Helter dijo...

Pues qué quiere que le diga, que me parece más femenino Iggy Pop, incluso Ozzy Osbourne si me apura.
Mire, hay muchas formas de ponerse fuertota o fuertote, y no todas pasan por desarrollar músculo y doparse con esteroides.
Las cosas son mucho más sencillas: hay gente con la que una se siente a gusto y gente con la que no, y ya está.