viernes, 11 de julio de 2008

sol, maleta y diamantes

Paró el coche justo delante de la puerta del hotel. Cogió una maleta de piel de vaca que llevaba en el asiento de al lado y salió. Le tiró las llaves al botones, que las cogió al vuelo. Al pasar por delante de la enorme puerta de cristal redujo la marcha y se miró de reojo. Sombrero mejicano, gafas de pasta, bigote y barba postizos, camisa hawaiana, tejanos pirata, calcetines y sandalias. Perfecto.

Ya en la habitación del hotel, con gran ceremonia puso la maleta sobre la cama y la abrió. Los billetes seguían ahí, bien apilados. Metió los dedos en el rincón superior derecho y sacó una bolsita de terciopelo. La abrió y volcó su contenido sobre la cama. Los diamantes también seguían allí. Cogió un puñado de billetes y los metió entre el colchón y el somier, y después bajó a recepción para pedir que introdujeran la maleta en la caja fuerte.

Bajó al restaurante y, metiéndole un billete por el canalillo a una camarera, le pidió la mejor mesa. Cuando le trajeron la carta, apartó el plato y los cubiertos para abrirla completamente. Con la mano izquierda tapó una mitad y de la otra mitad, la de los precios, escogió los cuatro más caros. Después de la tercera copa de Cardhu se sacó un habano del bolsillo hawaiano. El maître se acercó corriendo hacia él, que entrecerró los ojos y afianzó bien las plantas de los pies sobre el suelo.

- Tenga, señor –dijo poniendo un cenicero de cristal sobre la mesa - ¿Desea algo más el señor?
- Pues ahora que lo dice, sí.

Aquella noche hubo fiesta grande en su habitación. Las chicas entraban y salían parloteando, riendo y tocándose la nariz. El camarero iba subiendo champán helado sin prisa pero sin pausa. Dentro, nuestro hombre descubría lo difícil que puede llegar a ser esnifar una raya sobre el canalillo de una mulata con muchas cosquillas llevando puestos bigote y barba postizos.

Al día siguiente se despertó con una resaca considerable. Miró por la ventana. El sol doraba la arena y hacía el azul del mar aún más azul. En la calle, un coche de la policía se detenía ante la puerta del hotel y le dio un vuelco el corazón. Cogió algo del cajón de la mesita de noche y se metió en la cama junto a la mulata. Al cabo de unos minutos alguien estaba aporreando la puerta.

- ¡Policía! ¡Abra la puerta!

“Ahora”, se dijo Otto. “Sí, ahora”, y se saltó la tapa de los sesos.

14 comentarios:

Arkab dijo...

Uf, qué alivio, por fin. Ahora vayamos a por ese desecho humano que es el forense de Natalie. Propongo el empalamiento.

Trikki dijo...

Oiga Helt, y exactamente ¿qué es lo que usted entiende por un final más feliz?.

Han matado a Kenny, josdeputaaaaaa

Trikki dijo...

¿Bono ha hecho un cameo de mulata?

Helter dijo...

No es exactamente un final feliz, Trikki, es un final simétrico. Me encanta la simetría, y aún más su máxima expresión, la asimetría.

En cuanto a Natalie, un ser la ha salvado que no es humano: su perra Lúa. Parece ser que hay una norma, no sé si del ayuntamiento o de la generalitat, que impide el desahucio si hay un perro de por medio. A ella y a los niños sí les podían echar, pero a la perra no.
Tiene cuartelillo hasta el lunes, camión de mudanza, y pensión completa para ella y los niños hasta septiembre. Se supone. El lunes se verá.

Harry Sonfór dijo...

Felicidades por la entrada más gonzo de todo su blog. Hunter S. Thompson a su lado es como Luis del Val.

ludovico dijo...

Oiga, H.S. que su frikigalería está algo "congelá" ¿No hay nadie más dispuesto a enseñar sus verguenzas?

Trikki dijo...

Daría un huevo (de los pequeños, que no de los gordos, gordos) por echarle un vistazo al testamento de Otto.

Sr.DelGaS dijo...

Helter, ¿pero tu eres simétrica?
:P

Trikki dijo...

Oiga Vico, yo tengo que sacar la foto de mi móvil, y eso es que ni con un sacacorchos sale.

Helter dijo...

Muchas gracias, Harry. Temía que me hubiera quedado demasiado tarantiniana (niana).

Eki, de simétrica no tengo nada. Por eso me gusta tanto la simetría.

Que hay muy poca formalidad, Ludovico, que hay quien se da mucha prisa en prometer pero luego se le va la fuerza por la boca.

Trikki dijo...

Helter, de verdad que si consigo despegar mis ojos del blog de Arkab, más concretamente del margen superior izquierdo, le mando la foto.

Harry Sonfór dijo...

A mandar. Ahora ya puede usted poner en su blog el cartel de «Blog camp y gonzo a la vez».

Anónimo dijo...

Helter; simétrico sería entonces que se va con el dinero. Aquí hay falta de prudencia o mejor dicho; se lo buscó.

Helter dijo...

Es que es simétrico con el cuento de Otto, del cual este es la segunda parte, pero no quise ponerlo en el título para que no se me viera el plumero hasta el final.
En el primero lo último prohibido que se le pasa por la cabeza es suicidarse, así que en este, en el que infringe todas las prohibiciones del primero y más, lo último sólo podía ser el suicidio.