sábado, 26 de julio de 2008

tretas y trucos


Entró hinchando las cortinas de la ventana del dormitorio y abrió la puerta. Recorrió los pasillos pasando de largo por delante de las puertas cerradas para colarse después por debajo de la del baño. Movió las cortinas de la ducha, desenrolló algunos metros de papel higiénico y volvió a salir por donde había entrado. El viento creía que yo no había advertido su presencia, pero conozco bien sus tretas y trucos. Yo, que le he visto alzar olas de diez metros en las costas de Hawai. Le he visto convertido en remolino gigante en las llanuras de Kansas. Le he visto pintar de niebla las cumbres del Tibet. Le he visto levantar tormentas de arena que eclipsaban al propio sol en Kalahari. Le he visto arrancar árboles de cuajo en Indonesia. He escuchado el espejismo del canto de sus sirenas en Port Lligat. Nada que el viento pueda hacer me sorprende, o eso creía.

Una mañana de cielo de Windows y aire cristalino salí a la calle. Al doblar la esquina me sorprendió cual carterista agazapado. Dio algunas vueltas a mi alrededor y me empujó suave pero firmemente hacia adelante. Con dedos invisibles me metió el pelo en boca y ojos, dándome a cambio la oportunidad de caminar como si estuviera en la luna. Ignorándole, abrí el periódico para hacerme más corto el trayecto hasta la oficina, y eso le enfureció. Cambió bruscamente de dirección y la emprendió con las grandes hojas doblándolas y arrugándolas mientras yo intentaba en vano mantenerlas abiertas. Por cada hoja que conseguía dominar, tres se me rebelaban. Me sentía como Alicia intentando jugar al criquet con un flamenco contorsionista. Frustrado, hacía volar papeles y polvo. En un felino cambio de dirección atacó de nuevo mi periódico y de una ráfaga arrastró todas sus letras. Absolutamente todas. En mis manos no quedó más que un amasijo de papeles en blanco con algunas fotografías pixeladas.

Miré hacia atrás. Las letras rodaban en grupo sobre la acera como aquellas bolas de zarzas polvorientas de las pelis de Sergio Leone. Una N caja alta Times New Roman de un titular se clavó en la mejilla de un inocente transeúnte, mientras que una s Impact cursiva de un texto al margen se acomodaba imitando una piel de plátano bajo los pies de una chica que pasaba. Hice una bola con lo que quedaba del periódico y lo tiré a una papelera. En el momento en que vi a una o Arial negrita impactar en el parabrisas de un coche haciéndolo saltar en pedazos hacia las córneas del conductor me refugié en un portal, temblando. Arranqué un par de hojas secas de la planta de la entrada, abrí la puerta y las lancé fuera. El viento se fue corriendo tras ellas y yo aproveché para salir corriendo en dirección contraria.

10 comentarios:

Trikki dijo...

Yo le prometo que leí tetas y trucos, lo cual empieza a preocuparme, no se crea,ahora que luego ya leí y me quedé más tranquilo por que evidentemente la S Impact cursiva en el suelo simulando una piel de plátano es lo más parecido a un canalillo que he visto jamás.

Bonita entrada.

Harry Sonfór dijo...

Usted no conoce el cierzo de la ribera del Ebro. Eso no lo aguanta ni una Garamond como dios manda.

Anónimo dijo...

reivindico la galerna, fuerte e imprevisible, en una hora puede montarse y como todos sabemos en una hora en la mar pues haces pocas millas, pues reivindico a la galerna como una negrita cursiva, de esa fuente tipo pirata que ahora no recuerdo pero que en tiempos de font-alcoholicos circuló por las muy privadas venas cibernéticas de kabuto
además, qué bonito, las galernadas

Arkab dijo...

Qué bonito, Helter. Precioso. Oiga, de verdad, precioso.

DxTr, tu forense amigo.

[El día 1 me engancho a él].

Helter dijo...

Discrepo, trikki. La letra canalillo de toda la vida es la Y, en sus variantes tipo Keira Knightley (·Y·) y tipo Uschi Digard (* Y *).

Harry Sonfór dijo...

Oiga que sí, qué bonita entrada.

Harry Sonfór dijo...

No se preocupe, Trikki, que yo leí «argucias y artimañas», que es peor.

ludovico dijo...

¿Qué es el viento? pregunté a mi padre cuando era pequeño.

¿Y tú me lo preguntas? me dijo él.

Pues tus orejas en movimiento.
Simpático él.

Anónimo dijo...

No tienes de que preocuparte, Helter. Te va vamos a conseguir novio.

Helter dijo...

Ah, muchísimas gracias, Sr./a Anónimo. Toda ayuda es poca y bienvenida.