jueves, 17 de julio de 2008

codd


Fue Héctor quien la encontró. Estábamos paseando por la playa y le vi ladrándole a la arena. Me acerqué a tranquilizarle y cogí un objeto semienterrado y ahogado de algas. Era una botella. La lavé bien en el agua y vi que no se trataba de una botella cualquiera, no: ¡era una Codd color cobalto! Dios, siempre deseé tener una, pero nunca he ido tan sobrado como para poder permitirme bregar en e-bay.

Una vez, de pequeño, tuve una. Hutchinson. Me tenía maravillado aquél tan ingenioso como estético sistema que solo podía haber sido creado por el hijo de una física y de un malabarista de circo. No me cansaba de tocar con la punta de los dedos aquella canica gorda aprisionada en el cuello de una botella como si fuera un planeta enjaulado. Muchas veces se me pasó por la cabeza romperla para coger esa canica, sentirla en mis manos, y un mal día finalmente lo hice. La rompí, cogí esa bola con los dedos y miré el sol a través de ella. Después de ese breve instante de placer supremo, nunca jamás he dejado de arrepentirme de haber roto la botella, porque era ella la que le daba sentido a la canica y no al revés.

Y ahora volvía a tener una en mis manos. La acaricié y miré el sol a través de ella. Había algo en su interior, parecía un papel o una etiqueta. Había algo escrito. Me llevé la botella a casa y le busqué un buen lugar. Encima de la mesa estaba bien, es donde empieza a dar el sol por la mañana. Al día siguiente le sacaría unas fotos. ¿El papel? ¿Qué papel? Era mi botella. El destino me debía una segunda oportunidad.

Al día siguiente no sé cómo me vi en la playa, arrodillado, en una mano una piedra y en la otra la botella. Héctor ladraba. Tenía que averiguar qué ponía en aquél papel aunque eso me costase perder mi botella Codd para siempre. Podía ser un náufrago abandonado en una isla remota a quien sólo yo podía salvar. No podría vivir con eso en la conciencia. Golpe seco. Con las manos temblorosas cogí el papel y lo sacudí. Cayeron algunas partículas color cobalto. Leí. Decía “No me esperéis para la cena”.

9 comentarios:

Trikki dijo...

Podía haber sido peor "voy a por tabaco, ahora vengo"

Helter dijo...

Ve, ve. Pero no se lo digas a tu señora, que igual tienes que acabar comprándole un colchón de agua de rosas gelificada para imitar el vaivén de las olas de una playa tropical.

Harry Sonfór dijo...

Oiga, Helter, que su vídeo musical de abajo me ha recordado a ese ya viejo de Fatboy Slim con Christopher Walker to bailón. ¿Que no ha visto el vídeo de Christopher Walker to bailón?
http://www.youtube.com/watch?v=sMZwZiU0kKs

Helter dijo...

Mmmm, el Sr. Walken... Estaba bueno hasta haciendo de zombichung en Sleepy Hollow:
http://www.alicia-logic.com/capsimages/sh_005HessiansGrave.jpg

Trikki dijo...

No me hable de camas de agua o líquidas, cosa más incomoda pa dormir, pa comer, y pa to lo que se le ocurra, y oiga, que aqui el que se enfada soy yo, es torcer el morrete ese que tengo, y vamos, plasmas ya llevo siete.Ahora quería un ipod desos, estoy tramando una estrategia que consistirá en quedarme dormido durante las 39 curvas del alpe d`Huez para no ir a comprar, y luego me haré el enfadado torciendo el morro. Ya se lo anticipo, Ipod o sofa asegurao.

Oiga, que el Walken bailón está muy rebien,no lo había visto.

Helter dijo...

¿Y este lo ha visto? Lo colgué un día de estos por ahí abajo...
http://es.youtube.com/watch?v=Y7rseCwM9mU

En cuanto al ipod, ¿no se estará refiriendo al iphone, por un casual? Ah, y por mí ya se puede poner como una amoto que no pienso regalarle nada. Amos, pa regalar estoy.

Harry Sonfór dijo...

Claro, como el hombre es de bailar, película que hace, película que le toca bailar. Aunque sea un poco, pero si no baila un poco ya no es Christopher Walken. Es como a Alicia Borrachero, que serie que hace, serie que le dicen que se quite la blusa para enseñar el sujetador. Los encasillan.

Trikki dijo...

Oiga Harry, ahora que lo dice tiene razón, desde periodistas he visto un webo de veces el sujeador de la Borrachero. Dicho de paso desde ayer (y no es coña) una empresa Valenciana comercializa unos colchones con Aloe Vera, que teoricamente inducen al sueño.

Helter, tiene razón Iphone se llama así. El video ya lo veo luego.

Helter dijo...

Yo estoy trabajando en el proyecto de un colchón interactivo que por la noche, a la hora de acostarse, desprende suaves efluvios de codeína, tila y valeriana. Está sincronizado con el despertador, de forma que media hora antes de que suene, el colchón cambia los efluvios mencionados por otros de cafeína y anfetamina. Y si te apalancas diez minutos de más, te propulsa con fuerza sobrehumana. Esto último aún tengo que pulirlo, que tampoco se trata de destrozarse la nariz contra el suelo...