martes, 19 de agosto de 2008

telectroscopio


La gente decía que Alexander Stanhope St. George estaba loco. A quién sino a un loco se le ocurriría construir un túnel telescópico entre Londres y Nueva York con un ingenioso juego de espejos y lentes que permitiría ver en tiempo real las imágenes de un extremo en el otro del túnel. En 1890, tras años de pulir el proyecto, la excavación para su telectroscopio empezó en una isla del Atlántico. Durante 4 largos años Stanhope y su equipo trabajaron duramente y se enfrentaron a inundaciones imprevistas, plagas, socavones y sabotajes. Mientras los periodistas, para echarle un poco de gracia al asunto, advertían que la construcción del telectroscopio podía inundar toda la ciudad de Londres.

La obra quedó inacabada. Alexander Stanhope St. George acabó sus días en la clínica mental de Bethnal Green. Solía esconderse bajo la cama por si las paredes se resquebrajaban y vaciaban todo un océano de barro sobre él.

El pasado mes de mayo, el tataranieto de Alexander encontró sus planos y sus papeles en el desván y se propuso acabar su obra. Puesto que de lo que se trataba era de ver en tiempo real imágenes de Nueva York en Londres y viceversa, puso una cámara en cada ciudad y a correr. Si su tatarabuelo levantara la cabeza le daría un buen capón.

5 comentarios:

Spanique dijo...

¿Pues sabe que a mí eso del tunel bajo el canal de la Mancha me de la mismita sensación que a este señor??? Qué se me va a a caer la tierra y el mar encima ... Ya ve rarezas de esas irracionales, prefiero el avión, que si me caigo me mato fijo ;-)))

Anónimo dijo...

bye, bye
http://www.youtube.com/watch?v=XZcZniiGzpA&feature=related

Harry Sonfór dijo...

¡Ay, qué ricos los quequicos pinchaus!

Harry Sonfór dijo...

Oiga, acabo de ver el vídeo del cochinico bailón y venía a decirle que no hay ser humano en el mundo que encuentre mejores vídeos que usted. Eso sí, que he visto el vídeo hasta el final y ese primer plano del cochinico sacando la lengua y enseñando los dientes a la vez me ha dejado traumatizado de por vida. Que ahora cómo hago para dormir, que mañana tengo que madrugar. ¿Eh? Que si hay hoja de reclamaciones. Señor qué lengua, señor qué dientes. Oj...

Helter dijo...

Yo prefiero la cama, Spanique. Entiéndame, quiero decir que es uno de los lugares estadísticamente más seguro para el ser (y la sera) humano(a). Yo en avión lo paso fatal, y eso que nunca he pillado turbulencias ni nada, que ya debe ser la leche.

David Lynch mataría por rodar una escena así, Harry. Yo también.