- Ave María purísima.
- Sin pecado concebida. Habla, hijo mío.
- Padre, yo me acuso de ser... de ser... asimétrico.
- Ser asimétrico no es ningún pecado. Todos somos criaturas de Dios...
- Pero padre, la divinidad es simétrica...
- No debes preocuparte por eso, hijo mío. Dime, ¿hay algo más de lo que quieras confesarte?
- Bueno... Tengo entendido que la gula es un pecado mortal, y yo tengo hambre, mucha hambre.
- Tampoco debes preocuparte por eso. ¿Acaso le has robado su pan al pobre para comértelo tú?
- No, eso no...
- ¿Entonces?
- Mi hambre me domina, me obliga a hacer... cosas. Cosas de las que después me arrepiento.
- La única razón detrás del pecado de la gula es que las pasiones terrenales no nos dominen en exceso. Nada más. Si sientes hambre, no es pecado alguno su simple satisfacción.
- Me alegra oír eso, padre. No sabe hasta qué punto me conforta.
El sacerdote notó algo que le hacía cosquillas. En la oscuridad del confesionario vio algo... unos hilos finos fluorescentes que pasaban a través de la rejilla y le rodeaban. No acertó a reaccionar hasta que uno de ellos se introdujo a través de su garganta impidiéndole gritar. Mientras notaba cómo esos hilos succionaban sus jugos internos, tan solo alcanzó a gorgotear algunas palabras.
- Una avemaría por tu pecado de gula... y dos... dos mil avemarías... por... asimétrico...
- Sin pecado concebida. Habla, hijo mío.
- Padre, yo me acuso de ser... de ser... asimétrico.
- Ser asimétrico no es ningún pecado. Todos somos criaturas de Dios...
- Pero padre, la divinidad es simétrica...
- No debes preocuparte por eso, hijo mío. Dime, ¿hay algo más de lo que quieras confesarte?
- Bueno... Tengo entendido que la gula es un pecado mortal, y yo tengo hambre, mucha hambre.
- Tampoco debes preocuparte por eso. ¿Acaso le has robado su pan al pobre para comértelo tú?
- No, eso no...
- ¿Entonces?
- Mi hambre me domina, me obliga a hacer... cosas. Cosas de las que después me arrepiento.
- La única razón detrás del pecado de la gula es que las pasiones terrenales no nos dominen en exceso. Nada más. Si sientes hambre, no es pecado alguno su simple satisfacción.
- Me alegra oír eso, padre. No sabe hasta qué punto me conforta.
El sacerdote notó algo que le hacía cosquillas. En la oscuridad del confesionario vio algo... unos hilos finos fluorescentes que pasaban a través de la rejilla y le rodeaban. No acertó a reaccionar hasta que uno de ellos se introdujo a través de su garganta impidiéndole gritar. Mientras notaba cómo esos hilos succionaban sus jugos internos, tan solo alcanzó a gorgotear algunas palabras.
- Una avemaría por tu pecado de gula... y dos... dos mil avemarías... por... asimétrico...
5 comentarios:
Y pa los de la SHEE la guillotina, queso no tiene perdón de Dios.
apoyo a badil en la petición de castigo para los autores e ideólogos del video, pero si puede ser algo más doloroso y largo, mejor.
por dios por dios por dios, algo doloroso y largo como una semana santa
Bua, pues a mí me ha gustao horrores la Shii. Cosa más grande no hay.
Oiga, Helter ¿el que se confesaba era creacionista o no?
A mí me ha hecho gracia lo de la Shee. Que es muy fina la línea entre la apología y la denuncia, entre lo que debería ser y lo que es en realidad. Pero vale, lo cambio que ya toca.
Harry, yo lo único que sé del confesando es que es asimétrico y tiene mucha hambre. Angelico.
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