miércoles, 19 de marzo de 2008

chi non (co)lavora, non fa l'amore


Según un estudio de Scott Coltrane, sociólogo de la Universidad de Riverside, California, los hombres que comparten las tareas del hogar mejoran la armonía en la pareja y tienen una vida sexual más satisfactoria. "En general", declara, "cuantas más tareas domésticas hacen los hombres, más felices están las mujeres".

Y según Joshua Coleman, psicólogo, "las mujeres dicen sentir más atracción sexual y más afecto hacia sus maridos si participan en las tareas del hogar" y confirmó además que el hecho de compartir las tareas del hogar "está asociado con un nivel más elevado de satisfacción matrimonial, y a veces más relaciones sexuales también".

Han tenido que venir dos científicos para decir esto... Si bastaba con preguntarnos a nosotras.

24 comentarios:

Arkab dijo...

Pues yo no es por malmeter, pero a mí me gusta más el apellido Marietán que el de Coleman para psicólogo. Claro que así le va a Joshua Coleman: su libro The Lazy Husband no ha debido venderse mucho, ahora está en oferta a 2,50$ rebajado desde los 13,95$.

Sr.DelGaS dijo...

¡Anda que se han quebrado la cabeza de pensar!, osea, que cuantas más tareas que no le gustan a nadie te hagan, es decir, cuentas menos tareas tengas que hacer tú, más feliz estás, no sé, pero me parece algo de perogrullo...

¡¡Pero Grullo, hijo, ¿¿aún no te has ido a jugar al parque??!!, en fin, tenía que ponerlo...

PD: Si lo decís con voz gangosa mola muchísimo más.

Helter dijo...

Ná, que está claro que hay cosas que si no las dice un señor con título universitario nadie las toma en serio. Me pregunto cuántas veces habrá fregao los platos el tipo este mientras estaba ocupado redactando el informe de marras. Igual ni siquiera vive en pareja, sino con una complaciente madre. En serio, hay más de estos últimos de los que parece, solo miren a su alrededor con un poco de atención.

Harry Sonfór dijo...

Sí, pero pero. Todo en su justa medida. Para tener a una mujer satisfecha lo bueno bueno, lo bueno con mayúsculas es que te conozca siendo un perfecto macarra, con vaquerazos sucios, sin afeitar, chupa de cuero y una Harley de esas que son más anchas que largas. La casa de soltero tiene que ser un tugurio guarrete y varonil (si no tiene casa así, hay que prepararla para la ocasión). Entonces entra la señorita en la casa, se asusta y piensa que ese hombre necesita ayuda (que le inspire una sensación de asco bueno y de necesidad de proteger al macho, a partes iguales). Entonces ya se casan y el hombre va cambiando poco a poco, se va haciendo más aseado, primero «colabora» en las tareas de la casa y al final ya no es que colabora sino que hace las tareas a partes iguales con su señora. Ahí es cuando la señora está satisfecha sexualmente con su marido hacendoso (pero ella, por una lado práctica pero por el otro romántica, cierra los ojos en el acto sexual y se imagina que con quién está es con un hombrazo de chupa de cuero, guarrete y con la moto aparcada en el cuarto de estar).

Harry Sonfór dijo...

O sea, que así de primeras, un hombre demasiado hacendoso, limpio, ordenado y autosuficiente no mola mucho, pues se piensan que o es maniático esquizoide, o tonto, o una madre, o poco varonil. Es un problema esto de las relaciones, oigan.

Helter dijo...

Admiraíca me tiene por sus conocimientos de la psique femenina. Ahora dígame, ahí, sin miedo: ¿con quién imagina que está ese marido, tal vez padre, hacendoso, cuando en pleno acto sexual cierra los ojos? No se vale que se le haya metido una pestaña en el cristalino ni que ella en el fragor del acto le haya metido el dedo, mira tú que mala puntería, en el ojo.

Helter dijo...

Aclaro lo que he dicho antes sobre lo de vivir con una complaciente madre: no me refiero específicamente a los menores de 30 años, sino a los de 59, por poner un ejemplo asin a bulto.

Harry Sonfór dijo...

Oiga, para el varón no es necesario imaginarse que está con otra señora para disfrutar sexualmente. Un buen varón que se precie es capaz de tener unas relaciones sexuales satisfactorias incluso sólo frotándose contra una pared con gotelé. Esos médicos que saben mucho dicen que ni es necesario imaginar que están con otra mujer, con sólo pensar en un pecho levitando en el espacio la cosa ya es plena y satisfactoria. Qué digo un pecho. Una sección de un pecho. Con imaginar un recuadro con un trozo de pecho pixelao ya está. O sea, que se dice que el varón tiene una especie de archivo de imágenes mentales de trozos de carne al que acuden cuando lo necesitan. Puede ser un trozo de muslo, un hilo de tanga, cualquier cosa y de las mujeres dicen que no, que sus imágenes atractivas sexuales son más globales, que abarcan incluso otros aspectos sensoriales como lo táctil o lo auditivo. Yo ahí no le puedo decir nada, que no sé.

Helter dijo...

¿Una pared con gotelé? Diosssss...

Harry Sonfór dijo...

Bueno, quizás ahí me he sobrepasado en mi idealismo romántico. Un pared sin gotelé también sirve.

Badil dijo...

Don Harry es el primer tema en el que le pillo un poco despistao. Si las mujeres buscáramos eso nos casaríamos con un cochino de verdad,y así después de curarlo (dando satisfacción a nuestra parte de enfermera) nos lo podríamos comer (dando satisfacción a nuestro lado canibal)
Otra cosa es que las mujeres seamos torpemente optimistas en cuanto a la capacidad de cambio y adaptación del varón.
Espero que los modelos más nuevos vengan con más versatilidad, porque yo me he encontrado con convocatorias de cursos que digo yo que será por que hay interás:
* Nivel 1 (principiantes):
Los electrodomésticos* ON = encendido* OFF = apagado
* Nivel 2 (avanzado):
Mi primera sopa instantánea sin quemar la cacerola.
* Ejercicios prácticos: Hervir el agua antes de añadir la pasta.
CURSO INTENSIVO: Por razones de dificultad y entendimiento de los temas, los cursos tendrán un máximo de 8 alumnos.
TEMA 1:
La ropa:Desde la lavadora hasta el armario, ese misterioso proceso. TEMA 2:
Los riesgos de llenar la cubitera del hielo y su transporte hasta el refrigerador
Demostración con soporte de diapositivas.
TEMA 3:
Demostración científica: cocinar y tirar la basura NO provocan impotencia ni cuadriplejia
Prácticas en laboratorio.
TEMA 4:
El rollo de papel higiénico.El papel higiénico,¿nace al lado del inodoro? (exposiciones sobre el tema de 'La generación espontánea').
TEMA 5:
'La taza del desayuno: ¿se levanta sola hasta el fregadero?
'Ejercicios dirigidos por David Copperfield

Helter dijo...

Yo siempre he utilizado la prueba del algodón. Al poco de conocer al sr. helter, esto es, antes de que se convirtiera propiamente en el sr. helter, me dije: ¿cuál es el trabajo más asqueroso que puedo pedirle que haga? Cambiarle el cajón de arena al gato. Y lo hizo, ya lo creo que lo hizo. Lo que pasa con la prueba esta es que hay que repetirla periódicamente, porque digamos que el alcance del chantaje sexual varía con el tiempo. Ah, y el fallo de esta prueba es que solo es aplicable a potenciales parejas sexuales, usea, que con la familia carnal no cuela. Comprobado.

Harry Sonfór dijo...

A una potencial pareja sexual esporádica no sólo se le pide que cambie el cajón de arena al gato, que es un ná. También se le puede pedir que limpie las regurgitaciones de pelo mezclado con pescado blanco y hierba gatera que deja el gato por el pasillo, incluso que limpie las deyecciones que deja bajo la cama o que elimine las marcas cristalizadas de orina seca que deja sobre muebles y objetos de plástico para marcar territorio. También se le puede invitar a que dé besos en el morro al gato cuando instantes antes ha observado cómo se limpiaba sus partes pudendas a lenguetazos.
Las parejas sexuales esporádicas deben estar abiertas a todo.

Badil dijo...

Habrá que tener cuidado con lo que las parejas espor(s)ádicas te pidan a cambio

Helter dijo...

Con las parejas esporsádicas no sé, pero conmigo, fijo.

Arkab dijo...

Juerr, qué maldad la de los gatos, ¿de verdad hacen eso antes de que su dueña le pida al esposo que le dé un beso en los morros al felino si quiere algo?

Harry Sonfór dijo...

Eso y más. No he querido extenderme en la manía que tienen de dormir encima de los extraños más que nada por chinchar, o cuando arañan, o cuando muerden, o cuando estás durmiendo y de pronto te encuentras con un gato acatarrao encima mirándote fijo y haciendo pompetas nasales que te estallan en la cara.

Helter dijo...

¿Ustedes tienen algún trauma infantil relacionado con los gatos, o qué?
Al sr. helter no le gustaban nada los gatos cuando le conocí, y he mentido, la prueba del cajón no fue la primera, la primera fue ver cómo se llevaba con mi gata. Como entonces aún habría podido dejarle sin suicidarme, le pasé la decisión a ella. Si a ella le gusta, por mí vale. Resultado: se enamoraron, y cuando estábamos los tres la muy guarra no me hacía ni caso. Reconozco que sentí celos, sí. De una gata. Humillante, sí.

Arkab dijo...

Mujer, que se trataba sólo de una gata, si hubiese sido un gato, daría que pensar, pero en siendo una gata... Ya lo dijo Tennessee Williams: no calientes nunca a una gata ni sobre un tejado de zinc.

Harry Sonfór dijo...

No, no, Helter, a mí me gustan mucho los gaticos. Otra cosa es que me dan alergia sus epitelios, pero me gustan mucho. llevo años sin tocarlos, que los toco un poco y me salen unas ronchas en la piel como singles de vinilo, pero gustarme me gustan mucho. Y Wentguor Miler también, ojo. Lo quiero como a un hermano ya.

Helter dijo...

¿Como a un hermano, dice? Cuidadín cuidadín, que por ahí se empieza. Yo también empecé a quererle como a un hermano, y míreme ahora. Un desecho humano soy.

ludovico dijo...

¿Pero ésto no iba de tareas domésticas y sexo? Lo del atractivo sexual cuando un hombre colabora en la casa es cierto. A mí, mi mujer sólo me toca el culo cuando friego los platos, cuando no me puedo defender, o contraatacar, según se mire.

Helter dijo...

Entonces el peor regalo que le pueden hacer, Ludovico, es un lavavajillas. Una tiene que agacharse para llenarlo, pero no es lo mismo.

ludovico dijo...

Nunca intentar cuando se manejan cuchillos o tenedores (sin permiso)