Con frecuencia se asocian a la predisposición o al prejuicio cognitivo unas connotaciones éticas negativas, cuando la manera que tiene la conciencia de procesar la información no debería ser catalogada éticamente.
Así, por ejemplo, la ciencia nos dice que existe el planeta Urano, y se cree de manera preferente en su existencia. Es un acto que evita el gasto energético y de tiempo de comprobarlo, y además proporciona estabilidad social. Hoy en día se vive del prejuicio informativo de muchas fuentes porque el trabajo necesario de comprobarlo nos impediría vivir en sociedad. De ahí la ventaja de ser asocial.
Entre los prejuicios se encuentra el efecto Bandwagon, efecto de arrastre o efecto del carro ganador, que es la tendencia a hacer (o creer) cosas porque muchas otras personas hacen (o creen) esas cosas. La mierda es buena porque dos mil millones de moscas no pueden estar equivocadas. También se puede dar el efecto contrario: rechazar algo por el mero hecho de que es lo que hace la mayoría. Es una actitud de rebeldía no basada en razonamientos consistentes. Ganas de tocar los webs podría llamarse también.
Otro prejuicio, el de la elección comprensiva, es la tendencia a recordar nuestras propias decisiones como mejores de lo que realmente fueron. Traducido: si no nos damos cuartelillo a nosotros mismos, ¿quién nos lo va a dar? ¿eh? ¿eh?
También está el efecto de cesión, la tendencia de las personas a dar más valor a algo tan pronto como lo poseen, también conocido como efecto Gollum. En cierta forma es una actitud madura, si la contraponemos a aquella otra de "Wentworth me la sudaba hasta que vi que a Menchu le gustaba, es mío, mi tesssssoroooo".
En el trabajo a menudo nos enfrentamos a la falacia de planificación, la tendencia a desestimar o infravalorar los tiempos de finalización de las tareas. "¿Cuánto tardará en arreglar el generador de antimateria, Sr. Scott?". "En un plis plas se lo tengo, capitán Kirk".
Y cómo olvidar el efecto de Von Restorff, la tendencia de un individuo a situarse en un modo de queja continua para ser mejor y más recordado que el resto. Bueno, eso para una pequeña parte de la humanidad: el resto considerará al enfermo de Von Restorff como el perro del hortelano, siempre anunciando el fin del mundo y erigiéndose a sí mismo como el último baluarte de occidente. Eso en occidente, claro, que en oriente sería el último baluarte de oriente.
Pero todos los prejuicios se encierran en uno, que es el sesgo de punto ciego: la tendencia a no darse cuenta de los propios prejuicios cognitivos.
Ilustración: experimento ideado por Wolfgang Köhler. Se pide al sujeto que lo contempla cuál de estas figuras se llama booba y cuál kiki. ¿Ustedes qué creen?
17 comentarios:
Vale, me he autoanalizado y creo que los tengo todos. Soy un auténtico desastre.
Advertencia legal: en alemán kiki no significa lo mismo que en castellano vulgar/coloquial. A partir de ahí, cada cual con su conciencia. Yo me he limitado a fusilar.
¿Alguién dijo kiki?
Está claro que booba es la que parece un lamparón y kiki la pinchosa. Lo dice el caballo de copas y que la pronunciación y grafismo de la una es globosa y de la otra pinchosa. Eso imagino que será lo que responda un 95 por ciento de encuestados. El cinco por ciento sobrante piensa lo mismo, pero dicen lo contrario para jorobar. Ojo, eso en el caso de que no tengan el nombre cambiao ¿No les ha pasado a ustedes eso de conocer a alguien que tiene un nombre que no le corresponde y que creen que sería mejor que se llamase Javier, por poner un ejemplo?
A mí booba me suena a estallido de pomba de chicle (la mancha redondeada) si fuera con una sola "o" me sonaría a Leticia Sabater, con la que veo incompatible un kiki.
Ludovico, que a mí no hace falta que me diga una cosa por otra que hay confianza y no se lo soplaré a su señora. ¿Pretende hacerme creer que jamás de los jamases pegaría un booba, digo, un kiki, con una monina si es tontina? Mire que si me lo confirma tendré que revisar todas mis teorías al respecto. Y me da un perezón que no vea. Que si lo dice porque la leti le parece fea del copón, vale, eso sí que me lo puedo creer.
Ni con moninas ni con tontinas ni pagando.
Creo que su tercera opción me descarta automáticamente.
No soy yo de segundas intenciones. Simplemente e históricamente soy del prototipo clásico que no liga ni pagando, sino de los pánfilos que son cazados, al menos una vez, me consta.
Yo creo que Booba es el azul, por está claro que Kiki tiene que tener pinchos... ¡si no tu me contarás como lo haces!
Oiga, que yo conocí un estilista que se llamaba Laureano.¿Creen quer es nombre de estilista?
Paco Rabanne ¿es buen nombre para un diseñador?
Y MANGO es un nombre digno para una tienda de ropa? Y Mariano Rajoy un nombre para un (posible)presidente?
Esto del "booba" y el "kiki" no se trataba de, digamos, acertar. Se trata de demostrar cómo una mayoría aplastante damos por sentadas ciertas cosas. Y sí, la mayoría adjudica "booba" a la forma con curvitas y "kiki" a la angulosa. Premio pa Harry y pal señor del gas. Tenéis una consumición pagada en el bar de la esquina.
Orgullo es el crash y prejuicio el choff
Vale, otra consumición en el bar de la esquina para usted. La ronda irá a cargo del primero que pregunte en qué esquina está el bar de marras.
Booba es de Tamarite de la Litera, mediana edad, profesión sus labores, casada, con tres hijos y Kiki es de Almudévar, 23 años, empresariales, soltera y sin compromiso.
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