viernes, 12 de febrero de 2010

golem


La luz de la luna cae a los pies de mi cama y se queda allí como una piedra grande, lisa y blanca. Cuando la luna llena empieza a encogerse y su lado derecho se carcome -como una cara que se acerca a la vejez mostrando primero las arrugas en una mejilla y perfilándose después- a esa hora de la noche, se apodera de mí una inquietud sombría y angustiosa...

Gustav Meyrink

5 comentarios:

Anónimo dijo...

qué majico Meyrinck.
Su golem, sin embargo... yo ya nunca fui igual. Si son dados a las imaginaciones y otras enfemedades mentales, les aconsejo que lo lean sólo de día, y muy por encima.
NO digan que no les avisé.

Helter dijo...

De hecho, busqué el trocito solo como apoyo para la peli, que según tengo entendido se empezó a rodar en el 96 y se paró por falta de pasta. Y ahí siguen, buscando pasta.
La referencia obligada era un poema de Jorge Luis Borges, pero es que lo leí y no me gustó...

Anónimo dijo...

vengo de visita un segundo, desde la biblioteca!!
sigo su consejo, helter, y aprovecho ahora que se deja, el niño.
Prometo no darle a leer el golem (ya no tengo el libro, de todas formas) hasta que tenga más edad de la que yo tenía uando lo leí.

Helter dijo...

¡Holaaa, koldo!
Me alegro de que haya podido hacer una escapadita. Que le vaya todo bonito por la biblio y con el nene.

anagadner dijo...

Dios, el consejo de Lady me ha llegado muuy tarde:lo leí de adolescente y por la noche.Ahora lo comprendo todo.
Náquehacer