domingo, 28 de febrero de 2010

el crisantemo azul (II)


El viejo hizo que le engancharan el carruaje en seguida y quiso hacer venir a Klára. Pero Klára había desaparecido y nos fue imposible encontrarla. Nos quedamos de pie junto al carruaje más de una hora, blasfemando –el señor príncipe había servido con los dragones en su juventud. En ello estábamos cuando vimos venir a Klára corriendo, echando el bofe, y me dio un ramo entero de crisantemos azules recién cortados. El príncipe le dio un billete de cien coronas, pero Klára se puso a llorar de desilusión; la pobre no había visto un billete de cien coronas en su vida. Tuve que darle una corona para que se calmara. Se puso a bailar y a gritar, pero nosotros la hicimos sentarse en el pescante, le enseñamos los crisantemos azules y Klára nos guió.
Klára en el pescante daba alaridos de alegría; no se puede usted imaginar cuán escandalosa fue la reverencia que le dedicó al señor cochero solo porque tenía que ir sentada a su lado. Además los caballos se desbocaban cada dos por tres por culpa de los gritos y aullidos que pegaba. Bueno, fue un viaje de mil demonios.
Cuando ya llevábamos hora y media dando vueltas, dije:

- Majestad, ya hemos recorrido al menos catorce kilómetros.
- Es igual –rezongó el príncipe-, recorreremos cien si es menester.
- Como gustéis –le dije.

Pero una hora después Klára apareció con un segundo ramo. Ese lugar no podía estar a más de tres kilómetros de Lubenc.
Klára se puso a aullar y señaló hacia adelante. Seguramente estaba contenta de ir en carruaje. Creí que el príncipe la mataba de lo rabioso que estaba. Los caballos escupían espumarajos, Klára aullaba, el príncipe blasfemaba, el cochero a punto de romper a llorar de vergüenza y yo haciendo cábalas sobre cómo descubrir el crisantemo azul.

- Majestad –dije-, no vamos bien. Tenemos que buscarlo sin Klára. Haremos un círculo de tres kilómetros con un compás, lo dividiremos en partes y lo buscaremos casa por casa.
- Qué dices, –dijo el príncipe-, ¡si a tres kilómetros de Lubenc no hay ningún parque!
- Mejor –contesté-. En el parque no encontraríamos gran cosa; Ageratum o Canna, y poco más. Mirad, aquí en la base del tallo hay un poco de tierra; no es humus, es algo amarillo y pegajoso, seguramente fertilizante de estiércol. Tenemos que buscar en un lugar donde haya muchas palomas. Seguramente crece junto a una valla de troncos sin descortezar, porque encima de la hoja hay un poco de corteza de abeto. Bien, ahora estamos sobre la pista correcta.

Karel Čapek

sábado, 27 de febrero de 2010

el crisantemo azul (I)


Ahora le explicaré –dijo el viejo Fulinus- cómo apareció Klára en el mundo. En aquella época yo era el encargado del parque principesco de Lichtenberg en Lubenc –señor, el viejo príncipe era un buen especialista; se hacía enviar árboles enteros desde Veitsch, Inglaterra, y solo de bulbos de Holanda, utilizó diecisiete mil unidades; pero esto solo entre paréntesis. He aquí que yendo yo un buen día por la calle me encontré con Klára; es la idiota del lugar, ¿sabe? Una peonza sordomuda y loca que no hacía más que gritar, contenta -¿sabría usted decirme, señor, por qué los idiotas son tan felices? Mientras la rehuía para que no me besara, me di cuenta de que llevaba un ramo en sus manazas; había hinojo y otras tonterías campestres, pero entre toda esa morralla… Mire, yo he visto muchas cosas, pero en ese momento estuve a punto de sufrir un infarto. Imagínese, esa loca tenía en su ramo una flor de crisantemo de color azul. ¡Azul, señor! Un azul como el de la Pholx laphami; viraba a color pizarroso, con los bordes de color rosa atlas, y por dentro como una Campanula turbinata en toda su plenitud. Pero me quedo corto: señor, ese color indio del crisantemo, entonces y aun ahora, es completamente desconocido. Años atrás estuve en casa del viejo Veitsch; sir James pretendía que el año anterior le había florecido un crisantemo tan azul como usted pueda imaginar. ¡Bueno!
De modo que Klára mugió con alegría y me regaló su ramo. Yo le di una corona y le mostré el crisantemo: Klára, ¿de dónde lo has sacado? Klára cloqueaba entusiasmada y se partía de risa; no pude arrancarle nada más. La reñía y ella gesticulaba con las manos, pero nada; insistía en abrazarme a la fuerza. Me fui corriendo a ver al príncipe con ese precioso crisantemo azul: Majestad, esto crece en algún lugar cerca de aquí; venid a buscarlo.

Karel Čapek

viernes, 26 de febrero de 2010

por una cabeza

¿Recuerdan esta escena? Seguro que sí. Bueno, pues ya no es necesario que se manchen las manos para pegarle un buen susto a su peor enemigo. Solo tienen que rascarse el bolsillo y regalarle este bonito peluche.

miércoles, 24 de febrero de 2010

la partita di pallone


¿Por qué, por qué
siempre los domingos tú me dejas sola
para ir a ver el partido?
¿Por qué, por qué
no me dejas ir contigo alguna vez?
Quién sabe, quién sabe
si es cierto que a ver tu equipo vas
o es solo una excusa.
Quién sabe, quién sabe
si me mientes o me dices la verdad.
Pero algún día te seguiré
porque la duda no me deja dormir.
Y como descubra que me engañas,
me vuelvo a casa de mamá.

martes, 23 de febrero de 2010

samurai kittens


Por muy peluditos, simpáticos y mimosos que sean, en Natchez, Mississippi, a los gatos les está prohibido beber cerveza. Pero no hay ninguna ley divina ni humana que les prohíba beber sake.

domingo, 21 de febrero de 2010

propeller island


son inventos estéticos para ojos y oídos. propeller island, bajo éste seudónimo publica el artista alemán lars stroschen sus concepciones audiovisuales. diversidad sin fronteras, sin nada repetir, ni nada copiar, todo intencionalmente.
el resultado más popular: el CITY LODGE, una obra de arte habitable en berlin, de una riqueza de ideas que seducen a imaginar, e inspiran sin parar. es una fuente magnética para gente creativa, contempladores curiosos, filósofos y amantes de nuevas perspectivas. frecuentado por personalidades del mundo entero, ésta máquina de visiones también ha servido de locación para sesiones fotográficas y video-clips. será por eso que algunas habitaciones le parecen tan conocidas...
Quien maneja las sencillas construcciones mecánicas vé y sabe lo que está haciendo. un guino pícaro al mundo de la célula de silicio. el contraste a el nada virtual ha sido maestralmente concebido por uno, que normalmente todo lo hace con el computador.

viernes, 19 de febrero de 2010

consejos para mujeres solteras

Vístete y ponte guapa en el lavabo. Tienes que estar lista cuando él llegue: no le hagas esperar. ¡Recíbele con una sonrisa!
A los hombres no les gustan las chicas que toman prestado su pañuelo y lo manchan de pintalabios. Maquíllate en privado, y no donde él te vea.
No te sientes en posturas poco elegantes o inadecuadas, y nunca demuestres aburrimiento aunque te aburras. Estate alerta, y si tienes que masticar chicle (cosa que no recomendamos) hazlo en silencio, con la boca cerrada.
Las mujeres indiscretas nunca atraen a los caballeros. No hables mientras bailas, porque cuando un hombre baila lo que quiere es bailar.
No uses el retrovisor del coche para arreglarte el maquillaje. El hombre lo necesita para conducir, y le molesta mucho tener que girarse para ver qué tiene detrás.
Si necesitas sujetador, póntelo. No tires de tu ropa por encima de la cintura y cuida de que las medias no se te arruguen.
No seas demasiado familiar con tu acompañante acariciándole en público. Cualquier muestra de afecto en público es de mal gusto, y normalmente le avergüenza o humilla.
No te pongas sentimental ni intentes que te haga confesiones sobre sus emociones. A los hombres no les gustan las lágrimas, especialmente en lugares públicos.
No te tomes confianzas con el camarero hablándole de lo bien que te lo pasaste con otra persona en una cita anterior. Los hombres merecen, y desean, toda tu atención.
No le hables de trapitos o intentes describir tu vestido nuevo. Complace y halaga a tu pareja hablándole de las cosas de las que quiera hablar.
No bebas demasiado, ya que un hombre espera que conserves tu dignidad durante toda la velada. Puede que beber haga que algunas chicas parezcan más listas, pero la mayoría parecerán tontas.
No hables con otros hombres. Es lo peor que puedes hacer además de beber demasiado. Si lo haces, lo más probable es que él no vuelva a llamarte nunca más.


jueves, 18 de febrero de 2010

la última de dan brown

En la sala de criptografía de la Nasa aparece estrangulado Steven Pickford –un empedernido lector del teletexto, sobre todo por las tardes– con un extraño símbolo grabado a fuego en su dedo gordo. Para el profesor Mariano Rajoy no hay duda: la Cuadrilla de los Guardianes del Osobuco, que se enfrenta a la humanidad desde los tiempos de Abundio, ha regresado. Acompañado de Betty, una joven doctora, y Darius, un ingeniero, Rajoy comienza una carrera contra reloj mediante una búsqueda desesperada en la costa de Marbella, para aclarar el misterio del Gol de Zarra. Necesitará todo su conocimiento para descifrar las claves ocultas que la Cuadrilla de los Guardianes del Osobuco ha dejado a través de los siglos en unos manuscritos que hay en Tordesillas y en una gasolinera de León, y todo su coraje para vencer al despiadado asesino, ya que el tiempo se agota y nuestra concepción de la anti-materia está en peligro.

miércoles, 17 de febrero de 2010

precuela (y III)

Parte I
Parte II

Suspendida en el cielo, una inmensa cabeza de bebé me miraba enfurruñada. Un rayo cayó apenas a un palmo de mí. “¡Suéltale! ¡Polster, suéltale!”, me gritaban los otros. Solté al conejo. El bebé sonrió plácidamente y desapareció.

Volví a entrar en la nave, pulsé el botón rojo y apuré la crema rosa de un trago. Sabía asquerosamente dulce. Tinker se había puesto el mono violeta, Dipstein el verde y Lanning el amarillo. Tenían un aspecto realmente ridículo.

- Vamos, póntelo –dijo Dipstein alcanzándome el mono rojo.
Me negué.

Los días pasan lentos y plácidos. En este planeta verde nunca llueve, nunca es de noche, nunca hace frío. Un pequeño robot con ruedas se ocupa de la limpieza. Casi sin darnos cuenta hemos ido perdiendo la capacidad de razonar, hasta de hablar a excepción de algunos infantiles balbuceos. Estamos engordando. A veces me entra la melancolía y echo de menos la Tierra, la gente. A veces salen de entre la hierba unos altavoces en forma de periscopio por los que se oye música. A veces nos entran ganas de bailar y bailamos estúpidas danzas bajo la atenta mirada de los conejos.

Un día, al fin, al despertar me puse el mono rojo y salí fuera de la nave. Los otros me estaban esperando. Sonrieron al verme y nos fundimos los cuatro en un estrecho abrazo mientras la inmensa cabeza de bebé nos observaba desde lo alto con una inmensa, siniestra, sonrisa.

martes, 16 de febrero de 2010

precuela (II)


- ¿Pero cuánto tiempo hemos estado mirando el puto molinillo?

De repente pensé en la nave y eché a correr sin mirar si los demás me seguían. Al verla, caí de rodillas sobre el suelo. Dos conejitos grises se acercaron a olfatearme y les aparté de una patada. Un trueno retumbó a través del cielo azul. La nave estaba completamente cubierta de hierba, integrada en el paisaje como una colina. Solo se veían la puerta y algunas ventanillas.

Entré. Todos los sistemas de control estaban inutilizados, excepto el mantenimiento básico. No había armas, ni trajes, ni comida. Encima de cada una de nuestras cabinas de sueño había un mono de distinto color: violeta, verde, amarillo y rojo.

- Evidentemente, no estamos solos. Alguien ha estado aquí mientras el molinillo nos… nos hipnotizaba.

Entonces Dipstein reparó en una extraña máquina. Tenía un enorme botón rojo en un extremo. Se dirigió hacia ella. Para cuando le grité que no lo pulsara, ya lo había hecho. Una crema de color rosa fluyó de un orificio y fue a parar a una taza verde. Dipstein la cogió y se la acercó a la boca.

- No lo hagas, –le dije- no sabemos de qué está hecha y tampoco podemos analizarla.
- Querido amigo, tengo hambre. Y si quien sea nos hubiera querido muertos ya lo estaríamos, ¿no te parece?

Dio un sorbo, paladeó y sonrió. “Es muy dulce”, dijo. Los otros cogieron tazas y comieron también, pero yo no quise. A saber los efectos que podía tener ese mejunje en nuestros organismos.

- Haced lo que os dé la gana, que yo esta noche pienso cenar conejo asado.

Salí fuera. Esos bichos eran tan estúpidos que, en cuanto me arrodillé y alargué la mano, dos de ellos se me acercaron confiadamente. Agarré a uno por las orejas y, cuando iba a romperle el cuello, una potentísima luz me deslumbró. Miré hacia arriba y… no podía creerlo.

(continuará...)

lunes, 15 de febrero de 2010

precuela (I)


Visto desde el espacio el planeta parecía una perla verde, aterciopelada, acercándose a nosotros a toda prisa. Después vino el impacto y perdimos a Wolowitz.

Tinker, Dipstein, Lanning y yo salimos de la nave humeante tambaleándonos, apoyándonos unos con otros. Ante nosotros, una gran explanada de hierba y flores de todos los colores bajo un cielo azul con nubes blancas. Nos miramos sorprendidos: no solo parecía la Tierra, es que parecía mejor... El choque nos había dejado tan aturdidos que, cuando fui a quitarme el casco, nadie me lo impidió. ¡Aire! Lo respiré tan profundamente que los pulmones me dolieron por el esfuerzo. Algo pequeño, gris y peludo salió por detrás de un matorral. Era un conejo, que nos miraba con curiosidad.

- Podéis quitaros los cascos. Parece un buen lugar. Comamos, descansemos y después enterraremos a Wolowitz e intentaremos arreglar las comunicaciones. Pero no os confiéis, puede que este planeta no sea tan acogedor como parece.

La tierra bajo la hierba era blanda y no nos costó ningún esfuerzo cavar la tumba. Después la vimos allí, en el horizonte: una estructura metálica, una especie de antena. Nos acercamos lentamente. Tenía un molinillo en lo alto. De repente se levantó una brisa suave y el molinillo empezó a girar, a girar, a girar, a girar, a girar... desprendía un polvillo brillante y rosado. Después la brisa se detuvo, y el molinillo también.

- ¿Qué coño ha sido eso?
Me giré para responder a Dipstein y vi que su uniforme estaba sucio y hecho jirones, igual que el de los demás. A nuestra espalda no estaba la tumba que acabábamos de cavar, solo un abultamiento casi imperceptible cubierto de hierba, y las palas habían desaparecido...

(continuará...)

viernes, 12 de febrero de 2010

golem


La luz de la luna cae a los pies de mi cama y se queda allí como una piedra grande, lisa y blanca. Cuando la luna llena empieza a encogerse y su lado derecho se carcome -como una cara que se acerca a la vejez mostrando primero las arrugas en una mejilla y perfilándose después- a esa hora de la noche, se apodera de mí una inquietud sombría y angustiosa...

Gustav Meyrink

jueves, 11 de febrero de 2010

the magic painter


¿Es Leonardo Da Vinci? ¿Es el rey Gaspar?
¿Es el mago Merlín? ¡No!
¡Es el Pintor Mágico!

miércoles, 10 de febrero de 2010

el piano está borracho


El piano está borracho, mi corbata se ha sobado y el grupo se volvió a Nueva York, la máquina de discos se está meando y la alfombra necesita un barbero, y el foco parece el de una prisión y el teléfono se ha quedado sin tabaco, y el balcón está flirteando y el piano está borracho, el piano está borracho y los menús están helados, y el clarividente está ciego de un ojo y con el otro no puede ver y el afinador lleva audífono y tuvo que venir con su madre y el piano está borracho, el piano está borracho y el segurata es un luchador de sumo fofo y pasmao y el dueño es un retrasado con el seso de un melón porque el piano está borracho, el piano está borracho y no encuentras a tu camarera ni a tiros y te odia a ti y a tus amigos y las demás no te quieren servir y el buzón se está relamiendo, y los taburetes están cachondos y los periódicos juegan, y los ceniceros se han jubilado porque el piano está borracho, el piano está borracho el piano está borracho, no yo, no yo, no yo, no yo, no yo…


martes, 9 de febrero de 2010

lusitania



Se recuerda a los viajeros que tengan intención de embarcar en viaje a través del Atlántico que existe un estado de guerra entre Alemania y sus aliados y Gran Bretaña y sus aliados; que la zona de guerra incluye las aguas adyacentes a las Islas Británicas; que, de conformidad con la notificación oficial dada por el Gobierno del Imperio Alemán, los buques que lleven la bandera de Gran Bretaña, o de cualquiera de sus aliados, son susceptibles de ser destruidos en dichas aguas, y que los viajeros que viajen por la zona de guerra en los buques de Gran Bretaña o sus aliados lo hacen por su propia cuenta y riesgo.

EMBAJADA DEL IMPERIO ALEMÁN
Washington, D.C. – 22 de abril de 1915

¿Por qué temer a la muerte? Es la más bella aventura de la vida.
Charles Frohman (1856–1915)

lunes, 8 de febrero de 2010

lluvia

Las gotas no tienen forma de lágrima. Las gotas pequeñas son casi esféricas, mientras que las mayores están achatadas. Su tamaño oscila entre los 0,5 y los 6,35 mm, mientras que su velocidad de caída varía entre los 8 y los 32 km/h, dependiendo de su volumen. Wikipedia dixit.

sábado, 6 de febrero de 2010

la puerta


La puerta era de madera pintada de esmalte blanco satinado, con cristales gruesos grabados y traslúcidos. Separaba el recibidor del pasillo. Cuando estaba abierta, molestaba para entrar y salir del baño. Cuando estaba cerrada, de noche y a oscuras era muy fácil chocar con ella. La puerta no servía para nada, solo para molestar. Me lo dijo una vecina: “Esta puerta todos los vecinos de la finca la han quitado porque no sirve para nada, solo para molestar”. Le pedí a Wilson, el pintor, que la quitara. La dejó apoyada en la pared del pasillo. Un día mi hermano la vio allí, apoyada. Le dije: “Es que necesito más espacio, tengo que pedirle a Wilson que me haga una habitación nueva detrás”. Algunos días después la puerta estaba apoyada en la fachada de la casa, junto a la entrada, y después desapareció. Tal vez se la llevó alguien que necesitaba más espacio.
Aún ahora, cuando camino a tientas por el pasillo de noche y a oscuras, extiendo los brazos y palpo con los dedos buscando la puerta para no chocar con ella.

miércoles, 3 de febrero de 2010

yodelking

El yodel tal como lo conocemos nació en los Alpes, aunque también los pigmeos africanos hacen sus pinitos yodeleros. Fue adoptado por una rama del country americano y hasta por un cantante de Bollywood, Kishore Kumar. Aprender a cantar yodel puede resultar muy útil en caso de que nos invadan los marcianos. Otros inevitables referentes son Tarzán, por el grito, el tío Aquiles, por las trazas, y Heidi, por el abuelito-dime-tú... La reina del yodel podría ser por ejemplo Minna Reverelli, pero rey lo que se dice rey, un auténtico Yodelking, solo hay uno: Franzl Lang.


martes, 2 de febrero de 2010

forget-me-not


Las bragas forget-me-not (nomeolvides) le ayudarán a proteger a las mujeres de su vida. Estas bragas controlarán la posición de su hija, esposa o novia las 24 horas del día, y pueden incluso vigilar su ritmo cardiaco y temperatura corporal. Trazarán la ubicación exacta de su mujer y enviarán la información vía satélite a su móvil, PDA y ordenador simultáneamente. Use nuestro sistema de mapeado patentado pantyMap® para descubrir la localización exacta de su amada las 24 horas del día. Esta tecnología está incorporada a un retal de tela tan fino que ella nunca sabrá que está allí. ¡No la deje escapar!

...Si vemos que la temperatura de mi hija sube demasiado, la llamamos al móvil o vamos a recogerla allí donde esté. Puestos a pedir, sería genial que las bragas además dispusieran de cámara de vídeo... (David S.)

...Mi esposa y yo estamos en proceso de divorcio, y dispongo de archivos para mi abogado que demuestran que me engañaba... (Tim A.)

lunes, 1 de febrero de 2010

jesus is my coach


Para recordar a los niños que Jesús está siempre con ellos. Una figura contemporánea para la juventud de hoy. Jesús está con nosotros en todo lo que hacemos, cuidándonos, implicado en todos nuestros actos y actividades: béisbol, fútbol, hockey, rugby, golf, atletismo, baloncesto, artes marciales, esquí, ciclismo, patinaje, gimnasia, ballet, tenis… En la misma página se pueden adquirir rosarios hechos con balones de diferentes deportes, e incluso bolos.