Una noche, cuando estábamos en la cama follando, le hablé de suicidio. No se sorprendió. Tampoco pareció sentirse herida por no ser suficiente para atarme a esta vida. Lo único que parecía preocuparla era cómo. No es lo mismo, decía, pegarse un tiro que tirarse a las vías del tren que atiborrarse de pastillas. A mí me da lo mismo, le dije. Pero a mí no, me dijo. ¿Y a ti qué?, le dije. Déjame venir contigo, me dijo. Me negué en redondo. No me dejes aquí sola, suplicó.
Brindamos con vino rojo en copas de cristal a la luz de las velas. Después de la segunda botella le hablé de cortarnos las venas y sonrió. Solo una cosa, dijo. Yo primero. No soportaría verte morir. Mi Eunice… susurré, poniendo entre sus manos una cuchilla de afeitar. ¿Me va a doler? preguntó. No más que nacer, respondí besándola en la frente. Házmelo tú, dijo. Eso me convertiría en un asesino, dije besándole los párpados. Pero puse mi mano sobre la suya para aumentar la presión de la cuchilla, como en esas fotos descoloridas de novios que cortan juntos la tarta nupcial. ¿Quién es Eunice? preguntó, y cerró los ojos.
Cuando la sangre dejó de manar le hice el amor, la llevé en brazos hasta la bañera y la lavé, la peiné y la perfumé. Le puse una túnica blanca que había traído cuidadosamente plegada en mi bolsa y la tumbé en la cama. Arreglé su cabello cuidadosamente sobre la almohada hasta que pareció la cabellera flotante de una sirena. Entre sus piernas puse un lirio blanco. Estaba muy pálida, casi bella, mi bella durmiente…
Ya ha pasado una semana. Me miro en el espejo antes de salir. Vestido completamente de negro, cabellera despeinada, un pendiente en la oreja, rímel en los ojos, un anillo con una piedra roja. Una sabia y estudiada mezcla de corsario y vampiro. Iré de bar en bar hasta reencontrar a Eunice, y cuando la encuentre la miraré a los ojos y le pediré un cigarrillo. El resto vendrá rodado. Como siempre.
10 comentarios:
Que mala baba tiene ese tipo, Helter.
Oiga, que lo que más me sorprende es que hay gente capaz de follar y pensar al mismo tiempo.¿No pierden la concentración?
Hombre, mala baba... Como alguien dijo, "esto nuestro se llama simbiosis". El guaperas este va a ligarse a chicas del montón tirando a feuchas, de esas que no ligan ni patrás. Las hace felices algunos días y las hace sentirse importantes y necesarias. Es un depredador que se ha adaptado a su presa, igual que quien engorda un cordero, le pone nombre y le hace mimitos para cuando toca llevarlo al matadero. Pero el bicho igual va feliz y todo.
Endeluego,buen apetito, pero mala baba.
Ah, bueno, si el bicho va feliz y todo no hay queja. Entnces sí.
Sarna con gusto...
...Y te se te comerán los ojos, que se dice.
Yo no me lo creo, un chico con ese look no hace esas cosas. Si llevara camisica de manga corta color amarillo paja con corbata, igual si me lo creia pero con ese aspecto de siniestrico, casi de J. Depp, no "pué" ser
jajajajaj sip, era el punto más débil de la historia. Tenía que ser más ejecutivo y menos siniestro, pero a veces me pierde la gotiquez.
yo me imaginaba alguien más Cioran (se le suicidaban las lectoras pero él ahí al pie del cañón): el impulso vampírico es incontrolable, qué le vamos a hacer
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