Querido y viril consumidor:
Tal vez te preguntes el porqué de la avalancha de anuncios televisivos protagonizados por mujeres. No, no me refiero a los anuncios de coches, desodorantes, detergentes o compresas, sino a los de productos para adelgazar, pintar las canas, bajar el nivel de colesterol, borrar las arrugas, aliviar las hemorroides, la acidez gástrica, los gases, el estreñimiento, las pérdidas de orina, los callos y rozaduras en los pies, las pupitas labiales, la piel irritada o escocida, granitos inoportunos... toooodas esas cosas que no solo son molestas, sino que a menudo nos hacen sentir avergonzados incluso en el momento de pedir en la farmacia lo que sea para aliviarlas. Tú tranquilo, viril consumidor, que si la señora de la pantalla sufre de todo eso y es capaz de reconocerlo en voz alta, tú no tienes que sentirte avergonzado por sufrirlo también, que para eso eres todo un hombre.
Tal vez te preguntes el porqué de la avalancha de anuncios televisivos protagonizados por mujeres. No, no me refiero a los anuncios de coches, desodorantes, detergentes o compresas, sino a los de productos para adelgazar, pintar las canas, bajar el nivel de colesterol, borrar las arrugas, aliviar las hemorroides, la acidez gástrica, los gases, el estreñimiento, las pérdidas de orina, los callos y rozaduras en los pies, las pupitas labiales, la piel irritada o escocida, granitos inoportunos... toooodas esas cosas que no solo son molestas, sino que a menudo nos hacen sentir avergonzados incluso en el momento de pedir en la farmacia lo que sea para aliviarlas. Tú tranquilo, viril consumidor, que si la señora de la pantalla sufre de todo eso y es capaz de reconocerlo en voz alta, tú no tienes que sentirte avergonzado por sufrirlo también, que para eso eres todo un hombre.
Querida y femenina consumidora:
¡Felicidades por haber entrado en una nueva era! Por fin la presencia de la mujer es aplastante en la publicidad, rompiendo el tradicional esquema de chica-para-todo de los anuncios de detergentes o florero en los anuncios de coches y desodorantes. Un reflejo sin duda de su mayor presencia social y un premio a su valiente aportación a toda la comunidad. No te quepa duda de que fue para esto que lucharon las sufragistas inglesas del siglo XIX. Esas heroínas estarían orgullosas de ver cómo ha aumentado el peso específico de la mujer en la sociedad, mientras el otro peso está bajo control gracias a los productos adelgazantes. Sigue así, querida consumidora, cada día más joven, más delgada y más bella. El futuro es tuyo, y lo seguirá siendo... por lo menos hasta que se te caigan las tetas.