Hadji Ali, el hombre fuente, y mi nombre nadie lo recuerda. Hadji Ali el Regurgitador, capaz de incendiar con keroseno una maqueta y de apagarla después con agua usando tan solo el contenido de su estómago. Para estómago el mío, que tenía que soportar como podía el nauseabundo olor de sus gases y ácidos digestivos sin dejar de sonreír. Muchas quisieron ocupar mi lugar, pero ninguna podía llenarle los vasos de agua a Ali con mi rapidez y mi precisión. Hadji Ali, el hombre fuente, y mi nombre ha caído en el olvido.
martes, 22 de septiembre de 2009
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3 comentarios:
Má qué señor más asqueroso. Me hace eso en el salón de mi casa y lo saco a patadas por muy artista que sea.
¿Y el mérito que tiene beberse todita la pecera sin tragarse los peces?
También hacía numeritos con peces de colores vivos (vivos los peces, no los colores, bueno, los colores también). Buscaré a ver si encuentro alguno.
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