En Nagano, Japón, hay una comunidad de macacos famosa por su costumbre de bañarse en las aguas termales cada invierno. Con expresión venerable y reposada disfrutan del calorcito mientras la nieve y el hielo se pegan a su abundante pelambre. Es un bonito paisaje el de Nagano que parece sacado de una pintura clásica japonesa más que al revés, y puede que fuera la última imagen que vio el señor Yoshito Usui, dibujante de cómics que gustaba de las señoras delgaditas pero bien dotadas. Shinnosuke hoy se ha levantado tristón, pero seguro que en cuanto Misae le grite que espabile o perderá el autobús, se le pasa.
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3 comentarios:
Ay qué pena me ha dao.
Si los macacos esos tienen la cara roja como la gamba cocida, y éso, fuera del agua, no quiero pensar cómo tendrán... las antípodas.
No sé, pero tengo la sensación de que para las hemorroides macacas el agua caliente muy bien no debe ir.
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