Russell tomó como metáfora una tetera. Podría haber tomado un plato sopero, una cuchara o una huevera, pero no: pensó en una tetera. ¿Casualidad? Tal vez sí, la misma casualidad que hizo que Martin Newell adoptara una tetera como punto de partida para sus estudios sobre tridimensionalidad, una figura que simboliza el desarrollo de los gráficos informáticos y que ha formado parte de las librerías de documentación informática durante años. La tetera de Utah se ha convertido en una leyenda para todos los informáticos del mundo, y el círculo se ha cerrado añadiéndola a los sólidos de Platón con el nombre de teteraedro. No se preocupe, Sr. Platón, que no le tendremos en cuenta el olvido. Pero para la próxima, esmérese más.
domingo, 3 de octubre de 2010
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