Todos los humanos son iguales. Tienen las mismas necesidades. Sienten, actúan y se comportan según una ley desconocida. Los lugares urbanos lo saben muy bien. Viviendo la vida diaria de una infraestructura urbana, y no la tuya, te conviertes en un observador externo de lo que pasa cada día en cada lugar de la tierra. Conviértete en el observador.
Arrastra el triángulo alrededor del círculo de cada vida cotidiana. Puedes controlar tu vida. Puedes arrastrarlo muy deprisa y ver menos matices y muy pocos detalles. O puedes arrastrarlo lentamente, preocuparte más por lo particular y tomar más conciencia de tu entorno. Sí, porque tu entorno te conoce mejor que tú mismo.
Intenta detenerte un momento... Descubre qué idioma habla tu entorno. Reduce la presión sobre tu vida y escucha lo que tu entorno te está diciendo.
3 comentarios:
Como siempre, una interesante reflexión, tan de prisa vivimos que vemos y pocas veces observamos...
Igual es porque en un solo día recibimos más información que un señor de una aldea de la edad media en toda su vida. El bosque no nos deja ver los árboles.
Es posible
Publicar un comentario