Visto desde el espacio el planeta parecía una perla verde, aterciopelada, acercándose a nosotros a toda prisa. Después vino el impacto y perdimos a Wolowitz.
Tinker, Dipstein, Lanning y yo salimos de la nave humeante tambaleándonos, apoyándonos unos con otros. Ante nosotros, una gran explanada de hierba y flores de todos los colores bajo un cielo azul con nubes blancas. Nos miramos sorprendidos: no solo parecía la Tierra, es que parecía mejor... El choque nos había dejado tan aturdidos que, cuando fui a quitarme el casco, nadie me lo impidió. ¡Aire! Lo respiré tan profundamente que los pulmones me dolieron por el esfuerzo. Algo pequeño, gris y peludo salió por detrás de un matorral. Era un conejo, que nos miraba con curiosidad.
- Podéis quitaros los cascos. Parece un buen lugar. Comamos, descansemos y después enterraremos a Wolowitz e intentaremos arreglar las comunicaciones. Pero no os confiéis, puede que este planeta no sea tan acogedor como parece.
La tierra bajo la hierba era blanda y no nos costó ningún esfuerzo cavar la tumba. Después la vimos allí, en el horizonte: una estructura metálica, una especie de antena. Nos acercamos lentamente. Tenía un molinillo en lo alto. De repente se levantó una brisa suave y el molinillo empezó a girar, a girar, a girar, a girar, a girar... desprendía un polvillo brillante y rosado. Después la brisa se detuvo, y el molinillo también.
- ¿Qué coño ha sido eso?
Me giré para responder a Dipstein y vi que su uniforme estaba sucio y hecho jirones, igual que el de los demás. A nuestra espalda no estaba la tumba que acabábamos de cavar, solo un abultamiento casi imperceptible cubierto de hierba, y las palas habían desaparecido...
(continuará...)
4 comentarios:
Creo que han caído en La Muela, en el chalé l´alcaldesa.
Anda, pues igual sí... ¡Voy corriendo a cambiar el final!
Yo más bien creo que han aterrizado cerca de la carretera de les aigües. Ahora van a ver el Tibidabo y Barcelona a sus pies...La pista me la ha dado el conejo...
Alberich, tenía un final alternativo en el que el prota caía de rodillas ante una torre Agbar medio derruida, y dando puñetazos en el suelo, gritaba: "¡Malditoooos! ¡Malditos seaaaais!"...
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